Israel vs Irán: Las claves del conflicto que sacude Medio Oriente

Lun, 16/06/2025 - 13:23
Israel e Irán entran en una peligrosa fase de enfrentamiento directo que podría redefinir el equilibrio de poder en Medio Oriente.
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La escalada bélica entre Israel e Irán ha alcanzado en junio de 2025 su punto más álgido en décadas. La operación llamada "León Naciente" por el Gobierno Israelí a sus ataques que incluyó bombardeos a instalaciones nucleares iraníes, marcó un antes y un después en una rivalidad histórica alimentada por ideologías, poder regional y la amenaza nuclear.

1. Orígenes de una enemistad ideológica y estratégica

Hasta 1979, Israel e Irán mantenían relaciones diplomáticas relativamente cordiales. Pero la Revolución Islámica encabezada por Ruhollah Jomeini cambió el rumbo. El nuevo régimen teocrático rompió lazos con Israel, al que denominó el "pequeño Satán", en paralelo al rechazo visceral hacia Estados Unidos, el “gran Satán”.

Desde entonces, la causa palestina se convirtió en bandera del régimen iraní y su hostilidad hacia Israel se volvió uno de sus pilares ideológicos. Teherán transformó su política exterior en una estrategia de proyección de poder regional, financiando y armando grupos como Hezbolá, Hamás y los hutíes, alineados contra el Estado judío.

2. Una guerra en la sombra que ya no lo es

Durante años, ambos países se enfrentaron en una guerra encubierta. Asesinatos selectivos de científicos nucleares iraníes, ciberataques como el virus Stuxnet y explosiones misteriosas en instalaciones militares definieron un conflicto sin frentes claros. Ninguno reconocía abiertamente sus acciones.

Pero eso cambió en abril de 2024, cuando Israel bombardeó el consulado iraní en Damasco, matando a altos mandos de la Guardia Revolucionaria. Irán respondió con una andanada de drones y misiles sobre territorio israelí. Desde entonces, la rivalidad se ha vuelto abierta y directa.

3. La obsesión israelí: evitar una bomba iraní

Para Israel, la posibilidad de que Irán obtenga armas nucleares es una línea roja. El primer ministro Benjamín Netanyahu lo ha dicho sin rodeos: no permitirán que los ayatolás tengan el poder de destrucción masiva.

El ataque del 13 de junio de 2025 contra las plantas nucleares de Natanz y Fordow fue justificado por Netanyahu como un acto de "autodefensa preventiva". Según informes israelíes, Irán había producido suficiente uranio enriquecido para al menos nueve bombas atómicas y había acelerado su programa militar, desafiando a la OIEA.

4. Irán contraataca: una respuesta sin precedentes

La represalia iraní no tardó en llegar. Decenas de misiles balísticos cruzaron el cielo de Medio Oriente en dirección a ciudades y bases israelíes, marcando un nivel de confrontación no visto desde la Guerra del Golfo. Aunque la mayoría fueron interceptados por el sistema defensivo “Cúpula de Hierro”, el mensaje de Teherán fue claro: considera los ataques israelíes como una “declaración de guerra”.

Las manifestaciones masivas en Teherán en abril y junio de 2024, tras el asesinato de miembros de la Guardia Revolucionaria, mostraron una población entre el nacionalismo defensivo y la frustración contra su propio régimen.

5. Lo que está en juego: el equilibrio regional y global

El conflicto entre Israel e Irán no es solo una disputa bilateral. Implica a Estados Unidos, potencia aliada de Israel; a Rusia y China, que mantienen vínculos estratégicos con Irán; y a actores regionales como Arabia Saudita, Irak, Siria y Líbano.

Además, se cruza con otras crisis: la guerra en Gaza, el colapso de Siria, la fragilidad política en Irak y la influencia iraní en Yemen. Un enfrentamiento a gran escala podría incendiar toda la región, afectar el precio del petróleo y forzar una intervención estadounidense directa, algo que preocupa tanto a Washington como a los mercados globales.

Pero, ¿Cómo impacta el conflicto Irán-Israel al mundo?

La escalada entre Israel e Irán no es solo un enfrentamiento regional: su impacto geopolítico y económico es global. En primer lugar, la amenaza de un conflicto a gran escala en Medio Oriente genera una inmediata preocupación en los mercados energéticos internacionales. Irán, como uno de los principales productores de petróleo, tiene influencia directa sobre los precios globales.

Cualquier interrupción en el estrecho de Ormuz —por donde transita casi un tercio del crudo mundial— podría disparar el valor del barril de petróleo, afectar el crecimiento económico global y alimentar la inflación en países dependientes del suministro energético. A esto se suma el riesgo de una reacción en cadena, donde aliados regionales de ambas potencias (como Arabia Saudita, Irak, Líbano o Yemen) se vean arrastrados a un conflicto regional de gran escala, comprometiendo la seguridad colectiva y forzando la intervención de potencias como Estados Unidos, Rusia o incluso China.

Por otra parte, el rol de Israel en el tablero internacional ha ido adquiriendo una dimensión estratégica más amplia. Más allá de su conflicto con los palestinos y su pulso nuclear con Irán, Israel ha pasado a ser un actor central en la arquitectura de seguridad de Occidente en Medio Oriente. Su alianza con Estados Unidos y su creciente cooperación con potencias europeas lo posicionan como un eje de inteligencia, tecnología militar y ciberdefensa. Sin embargo, esta hiperactividad también le genera tensiones: su política de mano dura en Gaza ha sido duramente criticada por organismos internacionales y buena parte de la opinión pública global. Mientras que en algunos escenarios Israel actúa como barrera contra regímenes hostiles y actores no estatales radicales, en otros se le acusa de desestabilizar el equilibrio regional con acciones unilaterales y ofensivas preventivas. Su papel, por tanto, oscila entre el de garante de seguridad occidental y el de catalizador de nuevas crisis, en una región donde cada movimiento puede desencadenar consecuencias imprevisibles.

6. La dimensión interna: regímenes bajo presión

Mientras Israel libra una batalla existencial contra el programa nuclear iraní, Irán enfrenta su propia crisis de legitimidad. El descontento interno por la represión, la situación económica y la pérdida de figuras clave como el general Zahedi o el científico Fakhrizadeh ha debilitado al régimen de los ayatolás.

Israel, por su parte, lidia con divisiones internas por la guerra en Gaza y la falta de una solución para el conflicto palestino, donde Netanyahu ha sido criticado por su falta de estrategia a largo plazo.

7. ¿Qué puede pasar ahora? Tres escenarios posibles

  • Escalada total: un conflicto regional con múltiples frentes abiertos, con intervención directa de potencias extranjeras.

  • Estancamiento: una guerra de desgaste con acciones limitadas pero constantes, que prolongue la inestabilidad sin resolverse.

  • Negociación forzada: bajo presión internacional, ambos actores podrían verse empujados a la mesa de diálogo, posiblemente mediada por EE.UU. o China.

El conflicto Israel-Irán ha dejado de ser una disputa encubierta y se ha convertido en un enfrentamiento directo con consecuencias impredecibles. En juego está no solo la seguridad de ambos Estados, sino el equilibrio de todo Medio Oriente. 

Creado Por
Ana Prada
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