
La exposición de adolescentes y jóvenes a contenidos peligrosos en redes sociales ha generado preocupación y debate durante varios años. Recientemente, volvió a tomar relevancia el caso de Zackery Nazario, un adolescente que perdió la vida en 2023 tras intentar imitar un reto viral conocido como “subirse a un tren en movimiento” o “subway surfing” en Nueva York.
El joven sufrió un accidente fatal cuando, al intentar cruzar el puente de Williamsburg sobre un tren en marcha, golpeó su cabeza contra una luz baja y cayó entre dos vagones, siendo atropellado. Su madre declaró que en las redes sociales de Zackery se encontraron múltiples videos relacionados con este reto peligroso, donde personas se grababan subidas en los techos de los trenes, alentando este tipo de conductas de riesgo.
Este incidente motivó una demanda por homicidio culposo contra las empresas tecnológicas ByteDance, propietaria de TikTok, y Meta Platforms, matriz de Instagram. La madre de Zackery acusa a estas plataformas de fomentar la adicción y amplificar contenido que incita a realizar retos peligrosos, como el que causó la muerte de su hijo.
El juez Paul Goetz respaldó la posibilidad de que la familia argumente que Meta y ByteDance influyeron activamente en la decisión del adolescente, señalando que su papel podría haber excedido la mera publicación neutral de contenido, llegando a identificar y potenciar a los usuarios más vulnerables a estos riesgos.
Por su parte, las empresas demandadas solicitaron la desestimación del caso, invocando la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, que protege a las plataformas de responsabilidad sobre contenido generado por terceros, además de la Primera Enmienda, que garantiza la libertad de expresión. Sin embargo, el juez rechazó estas defensas y permitió que la demanda avance.
La policía de Nueva York ha confirmado que varios jóvenes han perdido la vida intentando este reto viral, con al menos ocho casos reportados solo en 2024. El caso de Zackery Nazario vuelve a poner en el centro del debate la responsabilidad que tienen las redes sociales sobre el contenido que se comparte, especialmente cuando puede poner en riesgo la vida de sus usuarios más jóvenes.