El proceso penal que encendió la primera guerra civil Colombiana

Publicado por: admin el Mié, 15/04/2015 - 12:11
Transcurría el año de 1839 en la Nueva Granada. Los liberales aún se hacían llamar constitucionalistas o santanderistas; y los conservadores, ministeriales o bolivarianos. A la primera corriente i
Transcurría el año de 1839 en la Nueva Granada. Los liberales aún se hacían llamar constitucionalistas o santanderistas; y los conservadores, ministeriales o bolivarianos. A la primera corriente ideológica (de corte federalista) pertenecía José María Obando; y a la segunda vertiente (de talante centralista) su némesis Tomás Cipriano de Mosquera. A estos dos hombres el destino caprichoso los ubicaría a veces en lados diametralmente opuestos, y a veces del mismo lado, llegando así a ser tan acérrimos enemigos, como grandes hermanos. Sucedió que el 04 de junio de 1830 fue asesinado el Mariscal Antonio José de Sucre, cuando se desplazaba por las montañas de berruecos en dirección a Pasto. Sobre Obando en particular recayeron sospechas, no obstante la ausencia de pruebas directas que lo incriminaran. Así transcurrieron varios años, hasta que apareció un testigo, de antecedentes personales dudosos, que implicó a José María Obando en la comisión del hecho. Como era de esperarse, la justicia le abrió un proceso penal, y un juez instructor de Pasto lo requirió para que compareciera. Obando decidió entonces trasladarse al Cauca para presentarse y someterse al Juez que lo investigaba. Al momento de arribar a Popayán fue detenido por el Gobernador, quien lo redujo a prisión, lo amenazó y lo maltrató, con lo cual, el reo aprovechó la oportunidad y las circunstancias de su presidio para darse a la fuga, entre otras razones porque circulaba la especie de que sería asesinado en el trayecto a Pasto. Ya en libertad conformó un ejército de 350 hombres, medianamente bien armados, con el que reclamó la falta de garantías dentro de su proceso penal y se enfrentó militarmente al Estado, logrando la derrota de las tropas gobiernistas y obteniendo a cambio de su victoria un indulto por esta sublevación, luego de lo cual volvió a ponerse a disposición de la justicia penal para la instrucción debida de su causa. Sin embargo, después de someterse nuevamente, esta vez en Pasto, se enfrentó a una serie de irregularidades judiciales: el Juez tenía vínculos con los enemigos políticos del procesado; un auditor del proceso recibió presiones del gobierno; el fiscal designado había sido expulsado del ejército por el propio Obando; el proceso venía siendo dilatado; y la libertad que finalmente había sido decretada, estaba siendo intencionalmente obstruida. Ante la falta de garantías, acorralado como estaba, nuevamente Obando huye, conforma un ejército, se enfrenta a las tropas del Estado, aprovecha el clima prerrevolucionario (propiciado por unos frailes que se oponían a la supresión de unos conventos), logra el apoyo de caudillos regionales partidarios del federalismo (algunos de los cuales condenaron abiertamente la persecución judicial a Obando), se autoproclama Supremo Director de la guerra, y así promueve la que llegará a denominarse la Guerra de los Supremos, es decir, la primera guerra civil y general de Colombia, que tiñó de sangre al país, y que se extendió hasta el año de 1842, cuando Mosquera al mando de un ejército se dirigió hacia el Sur, sofocó el levantamiento y mandó matar a algunos de sus líderes, sin fórmula de juicio y contraviniendo el derecho de gentes. @amvela amvela@hotmail.com