FILBo 2019

Publicado por: admin el Dom, 21/07/2019 - 15:52
En la última Feria del Libro de Bogotá, hubo un título del que sólo se vendió un ejemplar. No sabemos quién fue su comprador ni en qué stand logró adquirir el volumen. Lo más probable es que
En la última Feria del Libro de Bogotá, hubo un título del que sólo se vendió un ejemplar. No sabemos quién fue su comprador ni en qué stand logró adquirir el volumen. Lo más probable es que se tratara de un visitante solitario que llegó a pie, caminando por la Avenida Esperanza, frente a la embajada americana, se metió las manos en los bolsillos, contó al tacto las monedas de $100 y $200 que tenía y calculó lo que podía gastar si quería regresar a casa en SITP. Si hubiéramos leído más novelas de espías, lo habríamos reconocido en ese adolescente que se deslizaba a nuestro lado con la agilidad de un fantasma y manipulaba los libros como quien busca entre sus páginas un mensaje secreto. Cuando lo encontró sin que nadie escuchara el estallido íntimo que se produjo en medio de aquel suceso colectivo, pagó y salió de Corferias con el volumen latiendo entre sus manos como un corazón recién arrancado a las entrañas de una fiera (¿o deberíamos decir feria?). Ahora está en casa, penetrando al libro con la obstinación sosegada con la que una mancha de aceite acaba filtrándose en el mármol, pero dejándose atravesar también por él como por una masa de materia oscura de la que surgimos sin daños aparentes, aunque convertidos en otros. Conozco bien a ese lector febril, a ese comprador huidizo porque hace muchos años, en una Feria del Libro parecida a la última (más modesta quizá), me tocó hacer ese papel. El libro, en aquella ocasión se titulaba: La rebelión de Atlas, era de Ayn Rand, y todavía convalezco de él. No lo compré porque conociera a su autora, de la que entonces lo ignoraba todo, sino porque al abrirlo en busca del mensaje secreto leí una frase dirigida a mí, que en aquel ejemplar aparece subrayada. “Esta obra te cambiara la manera de pensar y ver el mundo” Tal vez fue el libro menos vendido de la Feria, pero uno, que le dio un giro a toda mi vida.