Solo Dios perdona: El arte de la experimentación

Publicado por: admin el Mar, 17/03/2015 - 09:56
Un narcotraficante, pervertido y sádico en medio de su delirio, decide asesinar a una menor de edad. El padre, vendedor de perros y hamburguesas, toma venganza asesinándolo con el consentimiento de
Un narcotraficante, pervertido y sádico en medio de su delirio, decide asesinar a una menor de edad. El padre, vendedor de perros y hamburguesas, toma venganza asesinándolo con el consentimiento de un policía. Sin embargo, Jenna y Julian, quienes lideran organizaciones criminales, querrán la venganza. Todo esto sucede en la incansable ciudad de Bangkok. El director danés Nicolas Winding nos ofrece una obra silenciosa y melancólica. Se evidencia la trama y los personajes, pero prevalece la psicología de estos. Los protagonistas, crueles y despiadados, ambientan el paisaje figurativo. La frialdad de cada uno, la carencia de diálogos, contrastan con los escenarios y atmósferas de fantasía o ensueño. Sin llegar al extremo no-narrativo, la metáfora y los simbolismos refuerzan la imagen. Julian (Ryan Gosling), respetado líder criminal, aparenta ser frío e inhumano. En una escena, tras haber golpeado a un hombre, lo arrastra de la mandíbula a través de un pasillo. Luego lo vemos solitario en una habitación sufriendo los traumas del pasado. Estos se acentúan cuando se reúne con una joven prostituta y con Jenna, su madre. La relación, madre e hijo, es acompañada de una inclinación erótica. Sin embargo Jenna es hostil y estricta. Julian  se reverencia ante las órdenes de ella, la única persona capaz de dominarle. Es innegable no acordarse de la película Drive, Nicolas Winding aseguró que era la continuación del mismo lenguaje. La cinematografía, aunque distante a la de Drive, mantiene la conexión intorspectiva y los planos milimetricamente planeados. Los silencios, la kinésica y proxémica realzados en planos generales definen ambos largometrajes. Solo Dios Perdona puede que no llegue ahondar en la trama de la historia, pero se esfuerza en el cómo contarla. La experimentación de las imágenes y la alteración de la realidad hacen de esta película un deleite para apreciar y contemplar. @JuanCachastan