En Colombia, el término mamerto designa a quien muestra simpatías por el socialismo, sin que necesariamente pertenezca a un movimiento o partido de esa ideología. Para ver el tema en un escenario hipotético, pero probable, recuerdo, como guía de un caso, la declaración que la familia del asesinado líder conservador Álvaro Gómez Hurtado dio para acusar a las Farc de mentir al “confesar” que fueron las autoras de la muerte de aquel, y sostener que el fin que buscaban con tal confesión era “salvar” a Ernesto Samper y Horacio Serpa.
Si nos situamos en un escenario periodístico, la noticia sobre lo dicho por la familia podría ser redactada de diversas formas, dependiendo de distintas sensibilidades del periodista o medio. Ejemplos de versiones: 1) “La familia de Álvaro Gómez rechaza la versión de las Farc sobre la muerte del líder conservador”. 2) “Durísima respuesta de la familia de Gómez Hurtado a las Farc sobre el asesinato del dirigente”. 3) “En una declaración contra la paz y la reconciliación, la familia de Álvaro Gómez dice que las Farc mienten al afirmar que la organización ajustició a dicho líder”. ¿Cuál de las tres redacciones “huele” a mamertismo? ¡La tercera, claro! No me diga más.
Pues bien, con casos parecidos al tercer estilo, muchos colombianos, cada día, tienen la sensación de que hay medios y periodistas que le hacen el juego a la izquierda, pero no pocos de esos conciudadanos ignoran por qué sospechan tal cosa. Hay claves para saberlo, y provienen de actos ejecutados por hombres y mujeres que conforman la ACPM, Asociación Colombiana de Periodistas Mamertos (axioma: “todo mamerto es antiuribista, no todo antiuribista es mamerto”), entelequia actuante, sin personería jurídica, pero sí periodística, a la que no pertenecen los comentaristas y columnistas.
Hay claves para identificar periodistas y comportamientos mamertos…
Los socios se rigen por unos principios operativos comunes no tomados de un manual escrito, pero perfectamente identificables en los medios, principios que llevan a los socios a saltarse las normas universales del periodismo profesional y ejecutar acciones mamertas como las 10 siguientes:
• Evitan promover en su medio debates a posiciones y políticos de izquierda, pero los promueven a los de “derecha” (¿en Colombia hay derecha?).
• Destacan lo positivo de la izquierda y lo negativo de la derecha.
• Ocultan o minimizan lo desfavorable a la izquierda y ocultan o minimizan lo positivo de la derecha.
• Invitan en sus espacios a un mayor número de personas de izquierda y en menor número, si invitan, a gente de derecha.
• Se apoyan en pensamientos de autores o columnistas de izquierda, y citan reflexiones de autores o columnistas de derecha solo para usarlas en contra de estos.
• Elogian los pensamientos, las obras, las propuestas y demás contenidos intelectuales de izquierda y hacen todo lo contrario con los de derecha.
• Exigen al invitado de derecha que presente pruebas de lo que afirma contra alguien o algo de la izquierda, pero no exhiben ese mismo interés con los invitados de izquierda que fustigan a las personas o posiciones de la derecha.
• Presentan como razonables, convenientes, justas, necesarias, etcétera, las propuestas procedentes de políticos o personajes de la izquierda, y tratan las provenientes de la derecha como innecesarias, insuficientes, demagógicas.
• Les dan oportunidades de defensa y explicación a los dirigentes de la izquierda cuyas ideas o propuestas han sido atacadas por la derecha, y procuran no darles espacio a los dirigentes de derecha cuyas declaraciones o propuestas hayan sido cuestionadas por gente o medios de izquierda.
• Son duros, muy duros, con entrevistados de la derecha, y blandos, muy blandos, incluso lisonjeros y obsecuentes, con los de izquierda.
Estos comportamientos, y otros, de los socios de la ACPM (repito que la “entidad” no incluye a analistas y columnistas), se pueden detectar en Caracol Radio, Noticiero Caracol, El Espectador, El Colombiano (¡quién lo creyera!), Semana, CMI, Noticias Uno, Hora 20, Blu Radio, La W, Las 2 Orillas y más portales, y seguramente en más medios y programas, de Bogotá y otras ciudades, que no suelo consultar.
INFLEXIÓN. Se reciben hojas de vida…
Por: Ignacio Arizmendi Posada.
17/10/20
