El ex alcalde Daniel Quintero difundió haber sido víctima de un “atentado” por parte del “Uribismo” y el “Fiquismo” para supuestamente quebrarle las piernas con el propósito de impedirle seguir haciendo crecer en las encuestas a Juan Carlos Upegui pariente de Diana Osorio, esposa de Quintero y candidato suyo a sucederlo. Las encuestas son dicientes y desestiman semejante exabrupto: Federico Gutiérrez tiene un 67.5 % y Juan Carlos Upegui tiene un 11.6 %.
El agresor material del supuesto “atentado” es Daniel Betancur, un joven comerciante de Envigado, quien aparece como propietario y reconoce haber conducido la camioneta Toyota que se relaciona, advirtiendo que no ha existido atentado alguno sino que lo ocurrido fue un incidente de tránsito menor. Betancur afirma que no tiene cercanía con ninguna campaña política, tanto así que asegura nunca haber votado por nadie en su vida.
La situación se conoció por la publicación de un curioso y cortísimo video en redes sociales. En mi sentir lo que se observa es a Quintero pasándose imprudentemente por el mínimo espacio entre la camioneta y un taxi, así como que aquella se desplaza de forma menor sobre el ex alcalde, como resultado seguramente del descuido imprudente del conductor.
Según Betancur después de ocurrido el incidente advirtió que se trataba de Daniel Quintero, quién se acercó a su ventana, le entregó un volante de propaganda política, le dio la mano, le pidió su apoyo y, frente a la pregunta de Betancur, le dijo que se encontraba bien. Después de eso Quintero siguió caminando por las calles en su actividad proselitista y Betancur siguió su camino en el vehículo junto a su novia que lo acompañaba.
Según Quintero eso no sucedió así. Niega que le hubiera dado la mano y que él advirtió que Betancur aceleraba fuertemente la camioneta de manera agresiva hacia él. Sin embargo, dice Betancur que no se explica cómo Quintero oyó el motor de un vehículo híbrido que solo suena a una alta velocidad de crucero y éste se encontraba prácticamente detenido.
La versión de Quintero es notoriamente frágil y políticamente oportunista. Llama la atención que su cuerpo de escoltas no haya actuado de inmediato por lo menos pidiendo el apoyo de los uniformados de tránsito presentes en el lugar, quienes se hallaban manejando el denso tráfico de la zona por la presencia de Quintero y sus colaboradores activistas, entre ellos quién captó el breve video conocido y difundido días después.
Quintero acudió a medicina legal, pero dos días después de sucedidos los hechos. Se le concedió una incapacidad de 7 días por unos moretones en las piernas, que nunca le impidieron seguir caminando las calles de Medellín, Cartagena y Montería, donde según otros videos se le ve haciendo proselitismo frente a cartageneros y monterianos, quienes lo increpan y rechazan por su presencia en sus ciudades.
Esta nueva clase política cada vez más da muestras de ser más mentirosa y engañosa que la vieja que quieren desplazar por corrupta. No tienen recato alguno para mentir y afirmar imprecisiones mirando a los ojos sin pestañear y terminan siendo igual o más nefastos que los políticos de antaño. Todo ello simplemente para procurar una reprochable visibilidad mediática por cuenta, todavía, de la necesidad de culpar al presidente Uribe de todo frente a su propia escasez de contenido.
Esa conducta gris de estos nuevos políticos como Quintero y su esposa en Medellín, Gustavo Bolívar en Bogotá o los hermanos Caicedo en el Magdalena y Santa Marta, todos de la misma línea difusa del presidente Petro, deberían recibir un voto de rechazo de sus conciudadanos el próximo 29 de octubre en la elecciones locales
