El Padrino, parte II: No olvidar, no perdonar

La primera entrega de la trilogía de “El Padrino” cerró con un espectáculo de  crueles y satisfactorias consecuencias. Michael Corleone pudo haber recuperado  el poderío de su familia con firmes e inteligentes tácticas, pero decidió ir más  lejos. Don Corleone se vengó de cada una de las familias que desafiaron y  traicionaron a su padre, además de todos los aliados que prefirieron darle la  espalda. En la siguiente entrega, Michael enfrenta amenazas similares, pero el  director y escritor Francis Ford Coppola y el co-guionista/creador de este universo  Mario Puzo nos piden evaluar si las maniobras de Michael son un reflejo del claro y  frío entendimiento que tiene de su poder, o una muestra de lo lejos que ha llegado  un alma impulsiva y cruel. Existe otra pregunta: ¿Podrá Michael Corleone alguna  vez perdonar? 

Reseña de “El padrino, parte I”: https://www.patreon.com/posts/44655556 (Esta reseña contiene spoilers sobre “El Padrino, parte II”) 

Después de trasladar a su familia a Las Vegas, Michael intenta negociar su  permanencia allí con varios políticos y, sobretodo, con Hyman Roth, uno de los  mafiosos más influyentes en el mundo de los casinos. Su futuro trato con Roth es  razón de conflicto con las familias que Corleone dejó cuidando sus intereses en  Nueva York pues Roth actúa contra sus intereses. Después de un intento de  asesinato y contradiciendo toda la experiencia de su familia en el ámbito de  mantener separado los negocios de lo personal, Michael se dedica a encontrar no  solo a la mente maestra detrás de este ataque, sino también al miembro de su  familia que decidió traicionarle. 

Para poder enfatizar más en el arco emocional de Michael, Coppola y Puzo se  toman el venerable esfuerzo de explorar la ruptura final del alma de su  protagonista a través de la vida temprana de su padre, Don Vito Corleone. La  historia de Michael intercala con la de Vito quien es rastreado desde que migró de  Sicilia hacia Estados Unidos posterior al asesinato de su familia. El pequeño y  solitario Vito crece para convertirse en un hombre tranquilo dedicado a su familia  pese a vivir en la extrema pobreza y notar las injusticias que vivió en su pueblo  natal presentes en Estados Unidos: un poderoso señor ejerce dominio sobre un  territorio cobrando vacunas a las personas y amenazando con violencia a  cualquiera que desafíe sus requerimientos. Incluso en la Tierra de la Libertad, las  personas que huyeron de un sitio cruel sufren discriminación en su nuevo hogar  por su nacionalidad o su color de piel, quedando abandonados a su suerte por el  Estado, prestos a realizar cualquier acción para poder sobrevivir y vulnerables ante la voluntad de aquellos congéneres más aprovechados.

El padrino 2

Vito y una banda de amigos deciden empezar un negocio de contrabando de  prendas pero capturan la atención de Fanucci, el Don de su barrio. Con una  determinación admirable, Vito enfrenta la amenaza de este señor feudal e intenta  negociar con él. Sin embargo, cuando su diplomacia resulta inútil, Vito decide  asesinar a Fanucci. El nuevo Don, impulsado tal vez por su propia experiencia se  convierte en un mafioso distinto que no impulsa a sus vecinos a seguirle a través  del miedo, sino a través de un sistema de favores que intenta compensar incluso  el abandono institucional percibido por los inmigrantes. Don Vito Corleone, el  Padrino, decide ayudarles con cualquier problema que tengan, si en cambio  ofrecen su asistencia cuando él lo requiera. No obstante, en este mundo de  favores y recompensas queda un asunto pendiente en la mente del Don: Ciccio, el  viejo mafioso que asesinó a su mamá, papá y hermano, quien envejece  tranquilamente en Sicilia. 

Volviendo al lado A de la historia, Michael Corleone viaja a Cuba a finiquitar sus  negocios con Roth para darse cuenta que sus enemigos también laboran en su  misma lógica: Hyman Roth intentó asesinar a Michael como venganza por la  muerte de un viejo socio suyo. Si bien Michael anticipa cada movimiento de Roth y  tiene planeado su asesinato, en este viaje descubre que el traidor en su familia es  Fredo, su propio hermano. En este orden de eventos, Michael pierde dinero, es  saboteado por sus aliados en Nueva York, siente que perdió a su hermano para  siempre y, al llegar a su hogar, confirma que su esposa Kay lo resiente por  perpetuar un imperio de criminalidad en nombre de su “familia” descuidando a su  verdadera familia. La forma en la que Michael enfrenta y resuelve estos problemas  es desarrollada por Coppola y Puzo a partir de las trágicas diferencias entre padre e hijo.

El padrino 2

Don Vito recurre a soluciones apasionadas solo si esto asegura la supervivencia  de no solo su negocio, sino también la de su familia: la escena en la que Vito  asesina a Fanucci es seguida por su llegada a los brazos de su familia en el  santuario que es su casa. El hombre sostiene a su hijo y le expresa lo mucho que  lo ama. Tiempo después, viaja a Sicilia para completar su venganza contra Don  Ciccio regresando de nuevo al amor de su esposa e hijos. La anterior es la única  ocasión en la que Vito Corleone actúa desde la venganza pues incluso en la  primera película, ante la posibilidad de vengar a su hijo, decide negociar la paz con  todas las familias. Para el final de “El Padrino, parte II”, Michael tiene los siguientes  pendientes: 1) La traición de su hermano; 2) El deseo de vengarse de Hyman Roth,  un hombre que de todas formas está moribundo; 3) Exigir retribución de uno de  sus aliados que rompió el sagrado código de silencio al entregar a la Organización  a la justicia; 4) Enfrentar el hecho de que su esposa abortó su hijo para evitar  reproducir la crueldad de su marido.

Ante la posibilidad de perdonar y sostener la poca humanidad que le queda,  Michael Corleone decide: separar para siempre a sus hijos de su mamá, presionar  a un soplón víctima de un malentendido para que se suicide, ordenar la ejecución  de un decrépito y moribundo enemigo y también dar luz verde para el asesinato de  su propio hermano. En “Parte II”, la estructura de Coppola y Puzo de nuevo  permite comparar la diplomacia de un hombre con la falta de misericordia de su  hijo. Si Vito actúo con paciencia durante toda su vida de criminalidad, el único  acto apasionado que tomó, o sea asesinar al mafioso que le quitó todo en primer  lugar, parece tener consecuencias a largo plazo en las acciones de Michael, un  adulto sumamente despiadado. Cada acción que Vito tomó terminó con él  regresando al amor de su familia; al contrario, Michael regresa a un hogar vacío  ocupado solo por su paranoia. 

“El padrino, parte II” es una ambiciosa secuela que profundiza más en la relación  central de la saga, la de Michael y Vito, para contar la historia sobre cómo el  Corleone más joven perdió su alma al no tener la paciencia de su papá. Pero hay  algo que los dos Corleone principales carecen: la capacidad de perdonar. Coppola  y Puzo nos muestran que la venganza es el motor de entretenimiento  extraordinario para también dejarnos, al final, con la imagen de un hombre vacío,  vano y rencoroso.

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