Tradicionalmente la Semana Santa en Colombia se consideraba una de las mejores temporadas del año para el turismo y la generación de empleo. Sin embargo, en este 2023 el panorama cambió, especialmente para la región caribe y -de manera más crítica- para la isla de San Andrés. Las autoridades y operadores turísticos del archipiélago no sólo consideran que la Semana Mayor fue en realidad la peor de la historia reciente, sino que la afectación para la población es gigantesca y, por supuesto, repercute de manera directa en la situación económica del país.
La caída en picada del turismo
De acuerdo con lo afirmado por el gobernador de San Andrés, Everth Julio Hawkins, con la disminución de alrededor de un 68% en las cifras de turismo y una ocupación hotelera de tan solo el 18%, son más de $60.000 millones en pérdidas tan solo en Semana Santa. Además, la Asociación Nacional de Agencias de Viajes y Turismo (Anato) estima que entre enero y marzo del 2023 las pérdidas del sector hotelero en la isla rondan los $400.000 millones.
Por su parte, Corpoturismo, señaló que la llegada de turistas a la ciudad de Cartagena disminuyó 7% en la Semana Mayor y la agremiación de hoteleros del Magdalena ya pronostica para este año una reducción de turistas del 40% en comparación con años anteriores.
Algunas de las causas
Una de las principales y más evidentes razones de este desplome en el sector es el cese de operaciones de Viva Air y Ultra Air, lo que representó que pasáramos de un promedio de 35 vuelos diarios del continente con destino a San Andrés a sólo 14 vuelos al día durante la Semana Santa de 2023. Adicionalmente, Anato ha manifestado que hay alrededor de un 30% de reducción del turismo en todo el país debido al cese de actividades de estas dos aerolíneas, lo que ha afectado especialmente a los destinos de sol y playa como el caribe.
Por otro lado, existen motivos asociados a factores macroeconómicos que no podemos dejar de lado. Por ejemplo, la inflación, que para marzo de 2023 se ubicó en un acumulado anual del 13,34%, la más alta de los últimos 24 años, reduciendo notablemente el poder adquisitivo de los hogares colombianos. Debido a esto, muchas familias decidieron quedarse en sus casas e invertir ese dinero del viaje en cosas más urgentes o primordiales.
Otro factor a considerar es que desde el primero de enero de este año se incrementó el valor del IVA a los servicios turísticos (incluidos tiquetes aéreos), de alojamiento y hospedaje, pasando del 5% al 19%. Si bien es cierto que esta situación no afecta a San Andrés, Providencia y Santa Catalina, sí perjudica al resto del país. Para la muestra, tenemos los casos de algunas ciudades de la costa caribe como Santa Marta que se vieron fuertemente afectadas en Semana Santa. La capital del Magdalena pasó de recibir 200.000 turistas en 2022 a 110.000 en 2023.
No todo es malo
Aunque la cifra de turistas aéreos nacionales se ha reducido, pasando durante la Semana Mayor de 886.000 en 2022 a 442.000 en 2023 (una disminución de casi un 50%), el caso parece invertirse en cuanto al turismo internacional en tierras colombianas. Durante los mismos días de Semana Santa se registraron 530.000 turistas extranjeros más que el año anterior, pasando de 419.000 en 2022 a 954.000 en 2023.
Algunas de las razones de este fenómeno deberán ser analizadas a la luz de los efectos de la inflación y la depreciación del peso colombiano frente al dólar que por supuesto termina beneficiando a ciudadanos extranjeros quienes devengan en dólares y buscan destinos donde el dinero se les multiplica.
Avances y soluciones
Cabe recordar que, durante la discusión de la reforma tributaria aprobada a finales del año pasado, dimos la pelea para mantener una tarifa diferencial en el impuesto de renta para el sector turístico y hotelero, exclusivamente en municipios de menos de 100.000 habitantes. Aunque no logramos dejarla en el 9%, como era nuestro objetivo inicial, el Gobierno finalmente accedió a dejarla en el 15%, es decir, 20 puntos porcentuales por debajo de la tarifa general.
Nuestra posición reconoció el bajo impacto fiscal de este tratamiento especial porque hoy la gran hotelería está en las grandes ciudades, mientras que no la hay en los municipios pequeños. En este sentido, el recaudo no se verá afectado para el Estado, pero sí se incentiva el turismo con estas tarifas diferenciales para nuevos hoteles, muelles náuticos, eco-hoteles y remodelaciones en las regiones apartadas del país.
De un total de 1.123 municipios, el 94% son de menos de 100.000 habitantes y suman más de 18 millones de personas que es cerca del 38% de la población nacional. Muchas de estas familias podrían verse beneficiadas de este sector económico, en la generación de empleo y de oportunidades en las regiones.
Para finalizar, reiteramos nuestra solicitud (también hecha por el gobernador de San Andrés y los representantes del sector turismo) al Gobierno Nacional para que reglamente cuanto antes la ley de fronteras y establezca los mecanismos para bajar el costo del IVA a los combustibles en la isla, teniendo en cuenta la poca oferta de vuelos y conectividad aérea. Además, es necesario que se adopten medidas especiales para disminuir la percepción de inseguridad en el archipiélago que también incide en el temor de algunos turistas para elegir dicho destino.
