Las historias, así como la buena literatura, uno no las busca en la vida, ellas lo encuentran a uno. De igual manera pasa con los buenos vinos y los sitios con alma donde hay algo más que recargar energías con los alimentos, se vuelve a nacer por un breve momento. 2023, fue un año difícil para nuestra industria, pero fue el año en que gracias a Kienyke.com he podido resaltar a quienes, a través de descubrir los sabores y aromas de nuestra tierra y el mundo, construyen tejido social y desarrollo económico. Por esto, en mi última columna de 2023, quiero resaltar a una cineasta de la Región Caribe residente en Bogotá, que por un emprendimiento nacido de la necesidad imperiosa debido a la inicial dificultad de conseguir empleo de calidad en su profesión, ha creado el que sin duda será un centro de experiencias gastronómicas increíble con 'La Propia Carimañola', quien es doblemente ganadora en el cine y la industria de alimentos.
2023: El año de los dos premios
Estoy feliz de conocer historias de personas y sitios con alma. Yenifer Tordecilla es el ejemplo del progreso Caribe y en general de la riqueza migrante que ha hecho la grandeza de Bogotá y Medellín durante los últimos noventa años. La industria de bebidas y alimentos, que ha realizado un papel de dinamizador social, de darle valor a la mujer a nivel de su rol, en sociedades donde el machismo —ejercido, promovido y practicado principalmente por las mismas mujeres— y las diferentes dinámicas del conflicto armado hicieron que mujeres viudas, madres cabeza de hogar —condición que hasta bien entrada la década de 1990 no solamente en Colombia, si no en Occidente era una condición repudiada socialmente— y mujeres adultas mayores construyeron sabores, comunidad y mediante la dinámica social y económica lograron costear la educación y vida de sus hijos y nietos.
¿O es que quién no conocía a la señora de la tienda de la esquina, a doña Rosita de los tamales, a la señora Fernanda de las arepas rellenas, a la señora Matilde del restaurante del barrio? En cada región, en cada contexto, todos, sin importar la clase social, fuimos alimentados por las manos resilientes de mujeres dentro y fuera de nuestras casas.
Esa fue la decisión de vida que tomó frente a unas circunstancias adversas con las que llegó a Bogotá a ejercer su profesión, nuestra heroína del año, Yenifer Tordecilla, la doblemente ganadora en 2023 por su labor gastronómica de rescate de la receta original de los fritos costeños con su fábrica de alimentos ‘La Propia Carimañola’, que próximamente espera convertirse en un centro de experiencia gastronómico donde se combina la cultura, los sabores, tradiciones y la geografía de la región Caribe. Como se ha expresado desde este espacio, la industria de bebidas y alimentos ha sido el dinamizador principal de la reconstrucción de Bogotá pospandémica.
Y a veces, el cambio de profesión o de ámbito laboral más bien hace que las vocaciones y destinos surjan. No en vano, la heroína tuvo que esconder su profesión para poder trabajar en empleos como call centers u otros empleos a los que jóvenes talentos aun siendo profesionales deben acudir para tener una supervivencia digna, ahora, ha logrado ganar por ‘La Propia Carimañola’ los premios Impacta 2023, entregados desde 2017 por la revista nativa digital Impacta Magazine, pero también por el lado del cine, gracias a su emprendimiento ‘La Propia Productora’, donde con el cortometraje ‘El peor de los casos’, ha sido premiada junto a un equipo de nuevos actores en Bogoshorts 2023.
Doblemente ganadora, doblemente laureada y doblemente poderosa.
Sabor Costeño Diferente
Es destacable que existen pioneros en toda industria y actividad humana. En el caso de que la comida caribe llegará a Bogotá, no solamente a unir tejido en la migración costeña y en sus descendientes en la capital, sino en la contribución de esa nueva generación de la gastronomía colombiana innovadora, orgullosa de sí misma y con sentido empresarial y social. En el caso de la cocina Caribe se encuentran ‘La Bonga del Sinú’, ‘Narcobollo’—reconocido por hacer parte de los restaurantes colombianos presentes en Estados Unidos— y más recientemente ‘La Cocina de Pepina’ en Chapinero Alto y en la esquina de la carrera séptima con calle 49 'Tierradentro Bar,que con sus sombreros de Tuchín y los nombres de las poblaciones de la región Caribe, nos confrontaba, y aún, con de dónde venimos y lo que somos.
La carimañola —combinación de harina de yuca rellena de queso, carne, verduras o sola, que se frita a altas temperaturas— junto a las arepas de huevo, kibbes, deditos de queso y general todos los fritos callejeros comunes en las vías principales de ciudades y poblaciones de la Costa Atlántica, que se volvieron una curiosidad y delicatessen en nuestra capital hace algunos años, junto a otro gran producto amado en todo el país: Su majestad el patacón.
Pero más allá del esnobismo temporal que hay por los sitios y platos, muy normal en nuestra industria, y que le da sentido a la existencia de personas como yo que vivimos para escribir de lo que comemos —aunque nos buscamos ese cómo comer en otras actividades, muy diferente de nuestros colegas en España o Norteamérica—, es una reivindicación a la cocina tradicional como agente liberador y de nuevos valores de la feminidad en sociedades donde la discriminación y las violencias simbólicas y culturales a la mujer son evidentes.
Por esta razón, los únicos oficios que eran socialmente tolerados para las mujeres fuera de su hogar eran los relativos al cuidado como los servicios domésticos, ser maestras, administrar negocios de bebidas y alimentos y cocinar. “¿Cuántas carreras universitarias han sido pagadas por los fritos de las abuelas en este país?”, expresó en los premios Impacta 2023 al recibir su galardón en referencia a la decisión de emprender tomando esta tradición familiar de su abuela, que gracias a su resiliencia y entereza pudo sacar adelante a hijos y nieto siendo víctima de desplazamiento forzado por parte de grupos armados de autodefensa, muy activos en la región de Córdoba y Sucre desde los años noventa.
En Colombia, pese a que existan leyes, incentivos, instancias de participación ciudadana de deliberación de políticas públicas, tanto para las artes como para el periodismo de forma independiente, siempre habrá un camino difícil. Y si en verdad se quiere salir de la caja, hay que aprender cosas nuevas, destrezas y sobre todo, tener una visión gerencial y de grandeza frente a las actividades a realizar. Y el ejercicio de existencia que llevó a nacer de ‘La Propia Carimañola’ a ‘La Propia Productora’ es una marca de identidad, de vocación y de construcción cultural ejemplo para las comunicaciones, las artes y la economía del país.
Productos y pedidos
En cuanto a variedad de productos, la reina indiscutible es la carimañola, que es descrita en los diferentes sabores variados para todos los gustos y dietas en sus respectivos rellenos, desde pollo, carne y chicharrón hasta las rellenas con queso costeño pasando por las vegetarianas. Sus precios de las cajitas fluctúan entre los $25.000 a los $32.000 (US$ 6.49 a US$ 8.31 dólares) que pueden ser solicitados a través de la misma página https://lapropiacari.com/ donde se pueden realizar los pedidos a través de los diferentes canales de la misma página web, vía llamada telefónica a la línea celular +57 350 6342181 o a través de WhatsApp +57 350 634 2181, donde les saldrá en el chat el siguiente mensaje: “Hola comadre, quiero unas CARIMAÑOLAS full bacanas y deliciosas!”.
Y estaremos atentos a visitar su centro de experiencia gastronómica en 2024, donde se conjugarán la tradición, cultura y sabor Caribe en Bogotá.
Feliz Año Nuevo 2024. Nos veremos la próxima semana del 15 de enero recargando energías con la temporada taurina de Manizales.
