Heidy Sánchez Barreto

Abogada de la Universidad Libre, especialista en derecho ambiental y cursa maestría en derecho constitucional de la Universidad Externado de Colombia. Se reconoce como una mujer feminista y antimilitarista, que representa desde el Concejo de Bogotá a las nuevas generaciones de la Unión Patriótica, partido del cual es su presidenta a nivel distrital.

Heidy Sánchez Barreto

Sendero de las Mariposas: fragmentación ambiental por ecoturismo

A finales del año 2023 el Gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Ambiente y el IDEAM, declaró oficialmente el fenómeno del Niño, luego de realizar seguimiento a la temperatura del océano Pacífico y establecer que durante cinco trimestres consecutivos se registraron valores superiores a 0.5 °C.

Este fenómeno natural de variabilidad climática está asociado con una disminución de las lluvias en relación con el promedio histórico mensual y el aumento de las temperaturas del aire especialmente en las regiones Caribe y Andina, lo que conlleva a una mayor propagación de eventos de incendios forestales y sequías. Para atender sus consecuencias, la Nación destinó un presupuesto de $2,2 billones, priorizando atenciones en 176 municipios por tener mayor nivel de vulnerabilidad.

En Bogotá, como consecuencia del fenómeno del Niño se han evidenciado incendios forestales en los cerros orientales y la sabana, aumentos históricos en la temperatura de la ciudad superando los 25,4ºC, ausencia de lluvias y disminución del nivel en los embalses que abastecen de agua a la ciudad. Lamentablemente, ante esta situación el oportunismo de algunos sectores políticos no se ha hecho esperar, por ejemplo, el exalcalde Enrique Peñalosa ha salido en diferentes medios afirmando que el nefasto proyecto del Sendero de las Mariposas es la solución a los incendios forestales en los Cerros Orientales.

Para dar elementos técnicos a la discusión y desmentir dichas declaraciones, destinaremos este escrito a desnudar las verdaderas intenciones del Sendero que traería consecuencias ambientales irreparables. El proyecto fue planteado en el año 2018 por la administración Peñalosa y consistía en unir 86 kilómetros de senderos ya existentes y construir 16 kilómetros nuevos para un total de 102 kilómetros. Dicho sendero iniciaría al norte en inmediaciones del sector denominado Lagos de Torca y terminaría sobre la calle 138 B Sur atravesando las localidades de Usaquén, Chapinero, Santa Fe, La Candelaria, San Cristóbal y Usme, tal como se puede observar en la figura a continuación:

Figura 1. Localización general del proyecto Sendero de las Mariposas
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Figura 1. Localización general del proyecto Sendero de las Mariposas

Peñalosa utilizó un doble discurso con relación a este proyecto, mientras planteaba su realización como alternativa ambiental, tomó los recursos del Fondo para la Adaptación al Cambio Climático (Fondiger) y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) para la realización de los estudios y diseños del corta fuegos (Sendero de las Mariposas). Es decir, quitó recursos directos para la contención y atención de incendios forestales en la ciudad, para hacer los diseños del sendero turístico.

Este proyecto, bajo la dirección de la Secretaría de Ambiente, inició su solicitud de licenciamiento ambiental ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) mediante Auto 8233 de 2018 del 21 de diciembre de 2018, donde se contemplaba la construcción y adecuación de 24 accesos peatonales, un puente peatonal desde Monserrate hasta el cerro de Guadalupe de aproximadamente 300 metros, 78 miradores y aulas ambientales, 97 puentes pequeños y 3 puentes medianos para el cruce de drenajes y cuerpos de agua. Dichas obras, destinadas para ampliar el potencial turístico, incluían la adecuación y posible ampliación de los senderos ya existentes.

Durante el licenciamiento, la ANLA realizó 52 requerimientos al Estudio de Impacto Ambiental, dentro de los cuales se encontraba el estudio de capacidad de carga de los Cerros para la construcción del proyecto que, según lo proyectado, permitiría el tránsito de cerca de 3 millones de personas al año; un análisis necesario para poder identificar las afectaciones ambientales reales de la obra, documento que no fue presentado dentro del Estudio.

A su vez, el proceso de licenciamiento contó con la oposición de expertos ambientales y de residentes de los barrios aledaños al Área de Ocupación Pública Prioritaria ubicados dentro de la Franja de Adecuación, reconocidos mediante la sentencia proferida por el Consejo de Estado dentro de la acción popular número 25000232500020050066203. El Decreto 485 de 2015 que adopta el Plan de Manejo Ambiental del Área de Ocupación Pública Prioritaria, debido a los posibles impactos a generarse dentro del área debido a la construcción de obras necesarias para la adecuación del sendero que podría infringir el Plan de Manejo Ambiental de la Reserva (Resolución 1766 de 2016).

Debido a las inconsistencias, en 2020 la Secretaría de Ambiente solicitó a la ANLA no continuar con el trámite, además por las posibles consecuencias ambientales y gracias a la presión ejercida por organizaciones y expertos. En respuesta, la ANLA mediante auto 09276 aceptó el desistimiento del trámite y con ello quedó clausurado el proyecto en su momento.

Ahora bien, para adelantar intervenciones en los Cerros Orientales, se debe tener claridad técnica frente a dicho ecosistema, conocer a profundidad el Plan de Manejo Ambiental de la Reserva y el del Área de Ocupación Pública Prioritaria, así como evaluar las acciones históricas adelantadas por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR-C) y la Secretaría de Ambiente en el cumplimiento de su restauración y recuperación ecológica.

Teniendo en cuenta lo anterior, revisamos un estudio realizado en el año 2021 sobre el análisis de la cobertura vegetal en incendios forestales mediante índice espectral: caso de estudio Cerros Orientales (Bogotá, Colombia)[1], allí se evidencia la pérdida de calidad de la vegetación en los últimos 15 años, demostrando que para el año 2001 el 53,47 % de vegetación en los Cerros Orientales era de buena calidad, mientras que para el 2016 tan solo el 27,57% (ver Figura 2). Una de las conclusiones al respecto, se debe a las malas intervenciones adelantadas por las autoridades ambientales, sustituyendo las especies arbóreas endémicas de la zona por retamo espinoso y el pino canadiense que son altamente combustibles.

[1] https://revistas.unilibre.edu.co/index.php/avances/article/view/6931

Figura 2. Calidad de la cobertura vegetal en los Cerros Orientales
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Figura 2. Calidad de la cobertura vegetal en los Cerros Orientales

En el marco de la actualización del POT de Bogotá (Decreto 555 de 2021), el IDIGER elaboró el mapa de amenaza por incendios forestales para Bogotá a escala 1:25.000, según lo establecido en el Decreto 1077 de 2015. Allí se identificó que el 31% del territorio se encuentra categorizado en amenaza alta, 27% en amenaza media y 42% en amenaza baja, tal como se evidencia en la siguiente figura:

Figura 3. Mapa de Amenaza por incendios forestales en los Cerros Orientales
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Figura 3. Mapa de Amenaza por incendios forestales en los Cerros Orientales

Si observamos la localización general del proyecto y las áreas de riesgo de incendios forestales en la ciudad, podemos concluir que actualmente en los Cerros Orientales el mal llamado corta fuegos en la práctica ya existe ancestralmente no se requeriría el proyecto. Para lograr constituir un corta fuegos artificial, se deben ampliar los senderos naturales trayendo graves consecuencias ambientales, así como posiblemente la necesidad de endurecimiento para los ingresos, infraestructura como hidrantes y el tránsito de vehículos de emergencia, lo que iría en contravía del objetivo natural de la Reserva y el Área de Ocupación Pública Prioritaria. A su vez, revisando el trazado, una de las localidades que más incendios forestales presenta es San Cristóbal, allí el proyecto no ayudaría a mitigar las emergencias porque avanzaría por zona de páramo en lugar de pasar por la Franja de Adecuación, lo que no resolvería el problema y sí lo agravaría.

Acorde con lo expuesto anteriormente, lo que esconde este proyecto es la fragmentación de los Cerros Orientales para construir un sendero turístico que traería consecuencias irreparables al ecosistema, vulneraría los derechos de las comunidades de la Franja de Adecuación y evitaría el cumplimiento de los planes de manejo ambiental presentes cuyos objetivos principales son la recuperación y restauración ecológica. Por eso, proponemos cumplir integralmente los planes de manejo de los Cerros Orientales, implementar las acciones contenidas en el Decreto Distrital 790 de 2020, el Plan Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático y el Plan de Acción Climática 2020 – 2050.

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Heidy Sánchez Barreto
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