Huertas urbanas, ambiente y soberanía alimentaria

“El hambre perpetúa la pobreza al impedir que las personas desarrollen sus potencialidades y contribuyan al progreso de sus sociedades” Kofi Annan, ONU, 2002.

El concepto de seguridad alimentaria surge en la década de los años 70 basado en la producción y disponibilidad alimentaria a nivel mundial y nacional. En los 80, se añade la idea de acceso tanto económico como físico, y en los 90 se llega al concepto actual que incorpora la inocuidad y las preferencias culturales y se reafirma la seguridad alimentaria como un derecho humano.  Estas ideas se han reforzado con otro concepto más reciente, el de soberanía alimentaria que, por iniciativa de organizaciones de la sociedad civil, ha puesto el acento en la alimentación y nutrición como un derecho de los pueblos, así como en la necesidad de establecer políticas agrícolas y reglamentar mercados sobre la base de la autodeterminación.  

En Colombia, el tema cobra cada vez mayor fuerza en las políticas públicas, pero hay mucho por recorrer. El plato básico de comida se ha encarecido, según el DANE 2.4 millones de colombianos padecen de subalimentación y las cifras de la FAO muestran que las familias en el país solo pueden destinar un reducido porcentaje de sus ingresos diarios a los gastos de alimentación (3% en 2016). Uno de los indicadores que muestran la crudeza de la situación y que debería movilizar todos los esfuerzos posibles en la seguridad y soberanía alimentaria es la tasa de muertes por desnutrición infantil; en 2018 murieron 239 niños por esa causa.

Bogotá en su plan de desarrollo acogió la propuesta que presentamos de incluir la soberanía alimentaria como uno de los ejes articuladores de varios proyectos, lo que potencia, entre otras, la iniciativa del Distrito de impulsar las huertas urbanas. La FAO ha demostrado que la agricultura urbana y periurbana es una práctica efectiva para combatir el hambre, la pobreza y la desnutrición. En La Habana, el 50% de los vegetales consumidos por sus habitantes provienen de huertas urbanas; cerca del 30% de los alimentos y el 80% de los vegetales de Rusia son producidos en Moscú; en Singapur, hay más de 10.000 productores urbanos que se encargan de cultivar el 25% de los vegetales. 

De hecho, las huertas urbanas surgieron como iniciativas comunitarias en Europa para enfrentar el hambre durante los períodos de guerras, de agudización de conflictos sociales y de depresión económica desde finales del siglo XIX y dieron origen a movimientos sociales urbanos que aún permanecen vigentes.

Acá tenemos nuestra propia versión de la agricultura urbana. Desde hace años, la ciudadanía organizada ha creado y promovido redes de huerteros, algunos barrios se han fijado la meta de basura cero y procesan residuos para abono de siembras, mujeres que se hacen cargo de jardines, defensores de los humedales que cultivan huertas y otros grupos promueven las pacas digestoras, entre otras técnicas de compostaje. 

Ahora, el Jardín Botánico estará apoyando estas y nuevas propuestas de agricultura urbana y periurbana a través de asesoría, acompañamiento técnico y, en algunos casos, suministro de insumos. 

En recientes días hicimos un primer foro para articular las iniciativas de varias organizaciones que compartieron sus experiencias y creamos el grupo de Facebook Huertismo Urbano, al que pueden vincularse a través de este link: https://www.facebook.com/groups/274880597291876/?tn-str=*F.

¡Anímense a tener sus propias huertas urbanas! Pueden hacerlo de manera individual o comunitaria. La agricultura urbana es una práctica que permite espacios de encuentro de las comunidades con la biodiversidad y el cuidado del medio ambiente, contribuye a la seguridad alimentaria, a bajar los índices de desnutrición, a reducir la huella de carbono, impulsa el reciclaje de residuos urbanos y crea cinturones verdes en la ciudad, grandes contribuciones al planeta en medio de tantos desafíos de la crisis climática. 

Agradecimientos a: Gloria Gómez, John Castillo de la Localidad de San Cristóbal, a María Fernanda Jurado, Natalia Serna de la Localidad de Suba, Tatiana Ariza de la localidad de Ciudad Bolívar, Consuelo Sánchez de la localidad de Teusaquillo y Laura Peña de la localidad de Engativá.

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