Como autor del Proyecto de Ley de Cátedra de Educación Emocional, entiendo la necesidad, hoy más que nunca, de trabajar en beneficio de la salud mental de nuestros niños, niñas y adolescentes del país. Este proyecto de ley construido de la mano del Programa de Desarrollo Psicoafectivo y Educación Emocional – Pisotón de la Universidad del Norte, busca brindar en los niveles de preescolar, básica y media, la Cátedra obligatoria en Educación Emocional, y su implementación en todas las instituciones educativas del país, en concordancia con el proyecto educativo institucional PEI.
Legislar por la Educación Emocional, nos permitirá potencializar las habilidades para la vida y competencias emocionales de nuestros niños, niñas y adolescentes. Así como también, prevenir las conductas de riesgo y problemas que afectan el bienestar emocional y el desarrollo integral de los infantes y de los jóvenes.
No podemos omitir una realidad palpable, como lo es la pandemia del Covid-19, que ha afectado de manera desmedida a muchas personas en el mundo, tanto a nivel económico como a nivel emocional. Nuestros niños y niñas no son lejanos a tener estas afecciones, pues durante el confinamiento del año 2020 y el cierre de las escuelas y universidades, se incrementaron las cifras de personas con problemas en su salud mental. Y los resultados de las encuestas en niños y jóvenes fue aterrador.
Dicho lo anterior, al ver los resultados del primer gran informe del Instituto Colombiano de Neurociencias (2020), sobre el impacto de la cuarentena en los menores de edad en el país, que demostró que un 88% de los pequeños han sido afectados por el confinamiento, nos llevó a poner la lupa en el bienestar emocional de los niños, niñas y jóvenes de Colombia.
Cabe resaltar, que la importancia de tener una cátedra de Educación Emocional no es de ahora, hemos visto alarmantes cifras de niños, niñas y jóvenes con patologías asociadas a trastornos mentales. Pero la cuarentena, y en sí la pandemia, hizo relucir esta situación, motivándonos a poner en la agenda pública la necesidad de trabajar en esto.
Así mismo, en primer lugar, para entender el porqué de legislar sobre este asunto, el concepto de la educación emocional es fundamental. Por eso, al conocer la educación emocional como un “proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de las personas”, nos lleva a concebir la idea de una “innovación educativa que busque responder a las necesidades sociales no atendidas por la educación tradicional”.
Segundo, se ha demostrado en varios estudios académicos que la educación emocional con carácter preventivo tiene efectos positivos, significativos y duraderos en la salud mental y en el manejo de las emociones en los niños, niñas y jóvenes. Dichos beneficios, también se ven reflejados en un desempeño académico superior, una mejora en la salud física, mejores habilidades de interacción social, relaciones interpersonales, pensamiento crítico en la toma de decisiones y de forma general, en un mejor desarrollo del infante y en una mejor calidad de vida.
Tercero, en el marco del carácter preventivo, la educación emocional tiene el potencial de mitigar diversas conductas de riesgo, problemas psicosociales y emocionales, así como adicciones a sustancias psicoactivas, al alcohol, dificultades de alimentación, ideas suicidas, embarazo no deseado, violencia sexual, violencia intrafamiliar, bullying, deserción escolar, entre otros problemas.
Y por último, la Educación Emocional representa la oportunidad de contribuir al desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, la construcción de una sociedad que goce de mayor bienestar, y por lo tanto, sea más exitosa y productiva. La cátedra también le brinda la oportunidad al país, de mitigar los efectos generados por la pobreza, el conflicto armado y las demás dificultades que han puesto a prueba la salud emocional del pueblo colombiano, y que requieren de medidas efectivas y prontas por parte del Estado.
Dicho lo anterior, recalco rotundamente, que legislar por el Proyecto de Ley No. 438 de 2021 Senado “Por medio de la cual se implementa la Cátedra de Educación Emocional en todas las instituciones educativas de Colombia en los niveles de preescolar, básica y media”, es de suma importancia. Pues nos permitirá garantizar un sistema educativo que propenda por la formación integral de los niños, niñas y adolescentes, con el fin de coadyuvar en la construcción y materialización de sus proyectos de vida.