El uso de datos para la prevención del crimen ha sido un tema de controversia constante. Un ejemplo de aplicación de la Big Data en este contexto se encuentra en Chicago, la tercera ciudad más poblada de Estados Unidos. Allí, se empleó un algoritmo para asignar puntuaciones basadas en arrestos, afiliaciones a pandillas y otras variables con el fin de predecir posibles perpetradores de delitos.
Estas medidas no habían sido aplicadas en Latinoamérica, hasta que en 2019 la alcaldesa Claudia Sheimbaum Pardo de la Ciudad de México dio un nuevo enfoque para enfrentar la inseguridad en esta ciudad. Un problema que alcanzó su punto máximo, ya que solo el 7% de los residentes de la Ciudad de México consideraban que esta era una urbe segura.
Los datos se convirtieron en un elemento central de la nueva estrategia de la ciudad. En 2019, se estableció la Agencia Digital para la Innovación Pública con la misión de utilizar datos para la transformación de la ciudad. Para llevar a cabo esta visión, la administración municipal implementó de manera inmediata una política de datos abiertos y lanzó su plataforma oficial de datos, conocida como el Portal de Datos Abiertos. Tanto la política como la plataforma se diseñaron con el propósito de hacer que los datos recopilados por la Ciudad de México sean accesibles para todos: agencias municipales, empresas, académicos y ciudadanos comunes.
El recién implementado Portal de Datos Abiertos ha tenido un impacto transformador en la manera en que las agencias municipales acceden y analizan la información relacionada con delitos. Facilita una mayor coordinación entre los distintos departamentos y posibilita la formulación de políticas más precisas y fundamentadas en datos, orientadas hacia las áreas de mayor incidencia delictiva en toda la ciudad, las cuales son comúnmente denominadas "zonas rojas".
Toda esta información que anteriormente nunca se había hecho pública, como las estadísticas de delitos callejeros proporcionadas por la Fiscalía General, ahora está al alcance de todos. Académicos, empresas y organizaciones de la sociedad civil pueden acceder a estos datos para desarrollar soluciones e innovaciones que complementen las nuevas políticas de la ciudad. Un ejemplo destacado es la exitosa aplicación "Hoyo de Crimen", que ofrece rutas de viaje seguras basadas en los datos más recientes sobre la delincuencia a nivel de calle. Esto permite a las personas evitar áreas de alta incidencia delictiva mientras transitan a pie o en bicicleta por la ciudad.
Desde la implementación de la política de datos abiertos, que forma parte integral de una estrategia para reducir la delincuencia y brindar apoyo social, se ha registrado una disminución del 53% en la delincuencia de alto impacto en la ciudad. Además, el 43% de los residentes de la Ciudad de México ahora perciben la ciudad como un lugar seguro.
Es fundamental continuar implementando políticas que utilicen la tecnología y los datos para reducir la criminalidad, especialmente en ciudades densamente pobladas como Bogotá, donde los índices delictivos han experimentado un constante aumento sin tregua.
En este contexto, es esencial que la ciudad de Bogotá tome nota de las lecciones aprendidas en otras metrópolis que han adoptado estrategias basadas en datos para combatir la delincuencia. La implementación de sistemas de Big Data y análisis avanzados puede proporcionar información valiosa para identificar patrones delictivos, puntos críticos y posibles tendencias en el comportamiento delictivo
