Sin duda Ken Follet es un maestro de la narración y sus libros tienen el encanto de atrapar al lector desde la primera hasta la última página. Esta novela, como bien lo dice en la referencia de la misma, es la precuela de la laureada Los Pilares de la Tierra.
Estamos en la Inglaterra de finales del primer milenio y principios del segundo, mucho antes de la conquista normanda de las islas por parte de Guillermo El Conquistador. Se presenta la vida normal de los condados británicos donde la aristocracia y la iglesia detentan el poder y los ciudadanos conviven entre las luchas, las incursiones vikingas, los salteadores de caminos, las ambiciones, odios, mezquindades, y por supuesto también, amores, unos correspondidos, otros platónicos, otros furtivos.
Los protagonistas centrales Edgar, hijo de un fabricante de barcos asesinado en un raid vikingo que asola las costas con su estela de destrucción y piratería, y Ragna, hija de un duque normando asentado en el puerto de Cheburgo en la costa francesa. Entre ellos, los hermanos Wilwulf, conde de la región, Wynstan, obispo de la diócesis de Shering y Wilgem. Igual, los monjes, unos disolutos, otros observantes, donde se destaca Alred. Y todo transcurre entre el condado de Shering, el puerto de Combe, el valle de Outhenham y el pequeño caserío de Dreg´s Ferry, que será la cuna de King´s Bridge, sede de la novela de los Pilares de la Tierra.
El matrimonio de Wilwulf, no autorizado por el rey de Inglaterra Eteraldo con la noble normanda Ragna está en el eje de la historia. Es la muestra de la sociedad medieval saliendo de la oscura noche de la Alta Edad Media; las intrigas; el manejo de las personas, las tretas comerciales, incluidas toda clase de estafas y falsificacines; la esclavitud; la convivencia a veces promiscua y aceptada; la alimentación, la higiene, el transporte, en fin, un retrato más de esta historia que Follet nos retrata en todas sus novelas.
Siempre un buen libro es un grato compañero y más en estas horas de aislamiento; si va acompañado de una historia apasionante y con círculos que se entrecruzan y generan expectativa al lector, mejor aún. Y esta nueva novela de Follet, cumple cabalmente con este propósito.
