Si hacemos un ejercicio de retrospectiva hacia el inicio de la pandemia podríamos afirmar que, a la hora de proteger la vida de las personas, en los sistemas de salud de varios países mejoraron dos aspectos fundamentales.
Por un lado, se generó desde el sector privado una carrera enmarcada en la competitividad y la cooperación multisectorial que permitió, en poco tiempo, descubrir y desarrollar nuevas tecnologías sanitarias para afrontar una enfermedad única como lo es el COVID-19. Y, por el otro, se fortaleció un esquema colaborativo entre el empresariado y el sector público que generó que se adoptaran mecanismos eficientes para la aprobación de innovaciones científicas, como las vacunas contra el virus SARS-CoV2.
Entre los países que hicieron parte de este proceso está Colombia. Esto porque los actores que desde la ciencia apoyamos al fortalecimiento del sistema de salud, logramos transformar de forma eficaz métodos internos para la fabricación, producción y distribución de productos médicos, y, porque se articuló de forma exitosa la normatividad global con la local para implementar decisiones regulatorias efectivas.
Así, en Pfizer ejecutamos estrategias innovadoras que nos permitieron pasar de un modelo secuencial a uno en el que todas las acciones y engranajes relacionados con la cadena de producción se desarrollaron de forma paralela.i Como resultado, en nueve meses logramos la elaboración de una de las vacunas que está contribuyendo a reducir el impacto de este virus, reactivar las economías y recuperar nuestras actividades cotidianas.
Con respecto al sector público colombiano, el esfuerzo que supuso alcanzar esa innovación científica fue reconocido cuando para su aprobación, se presentó un punto de equilibrio entre agilizar procesos y mantener toda la rigurosidad y la exigencia técnica y científica que implica llevar a la práctica soluciones médicas. Luego de un arduo trabajo constructivo y colaborativo, podemos decir con orgullo que, a corte de la primera semana de noviembre de 2021, Pfizer ha entregado al país más de 15 millones de vacunas que han aportado a que el Plan Nacional de Vacunación siga avanzando.
Ahora bien, como el objetivo es aprender de este contexto e intentar que lo que hemos logrado como país tenga continuidad, considero que en el sistema de salud colombiano no sólo debe seguir aumentando los estándares de calidad y equidad en el servicio, sino también se debe permitir que cada vez más los pacientes accedan oportunamente a innovaciones científicas conforme avanza la ciencia.
Ante esto, es importante que se continúe fortaleciendo nuestro marco normativo por medio de la adopción de regulaciones y prácticas de países de referencia para que, con eficiencia, avancemos en los trámites y la optimización de procesos administrativos alrededor de la toma de decisiones por parte de autoridades con relación a los registros sanitarios.
Adicionalmente, la experiencia que se ha adquirido de alinear y apropiar las decisiones, sin perder la autonomía, a los estándares internacionales y a las buenas prácticas de farmacovigilancia, debe seguir profundizándose. Esto, con el propósito de que se acelere la modernización del sistema a partir de la eliminación de barreras que aún persisten.
Al final, al ser Colombia un miembro de la OCDE, debemos estar a la vanguardia de alternativas médicas innovadoras, seguras, eficaces y de calidad, pues este es un camino prometedor para garantizar los derechos de los colombianos, mejorar su salud y calidad de vida, e, incluso, ayudar a la sostenibilidad financiera del sistema de salud.
i Harvard Business Review. The CEO of Pfizer on Developing a Vaccine in Record Time. Disponible en: The CEO of Pfizer on Developing a Vaccine in Record Time (hbr.org). Acceso 2 de noviembre del 2021.