Neoliberalismo y economía naranja

Repasando el texto del profesor Alberto Santamaría “En los límites de lo posible. Política, cultura y capitalismo afectivo” y el excelente resumen del mismo que el argentino Claudio Álvarez Terán nos ofrece por Youtube, me he venido haciendo muchas preguntas y entre ellas la del papel del arte dentro del neoliberalismo que me concierne personalmente. Aunque la intención del filósofo español es la de hacer una crítica, no deja de percibirse en su texto las ventajas de ese modelo económico expandido en esta era de globalización, habiendo sido muy bien entendido y aplicado con resultados asombrosos en países como India y China en contraste con nuestra pobre interpretación y mala aplicación del mismo en nuestra región. Mi relectura está dirigida a intentar una vuelta de tuerca a la argumentación de Santamaría con el fin de encaminarla desde un punto de vista positivo que nos pueda ser de ayuda cuando estamos experimentando con lo que el presidente Duque ha venido llamando Economía Naranja, incorporándola a su plan de desarrollo como política de estado.

Santamaría apenas menciona el arte, se conforma con una anécdota tomada de las memorias de Tapies sobre la visita del dictador Franco al pabellón de los abstractos españoles en la Bienal Hispanoamericana en los años cincuenta y con su descripción de cómo se ha dado recientemente la sustitución de retratos de personajes políticos por cuadros abstractos en las dependencias de los gobiernos en Europa. De lo que se ocupa principalmente el autor en su libro es de la manera cómo el neoliberalismo pasó de ser un modelo económico a convertirse en un activismo cultural en el que la creatividad entra al discurso político pero de manera despolitizada, “descafeinada”. Términos como imaginación, creatividad e inspiración, tan cercanos al arte, pasaron a ser recurrentes en la literatura empresarial, así mismo como los de afecto y emoción fueron tomados por la economía del mundo cultural de los afectos.

Desde esta nueva perspectiva surgen interrogantes que vale la pena tratar de resolver e intentar con ello comenzar a construir bases desde las que se pueda levantar la estructura de una economía naranja donde el emprendimiento no se desvincule de sus raíces en el arte.

En nuestro empeño por sacar el país adelante, podría sernos de utilidad preguntarnos qué tan malo es el neoliberalismo. Para ello me permito poner a su consideración las siguientes preguntas tomadas de afirmaciones extraídas del libro de Santamaría:  

  • ¿Considera usted que la creatividad se convirtió en el comodín que permite despolitizar el debate político?
  • ¿Considera usted que la represión de las emociones puede llevar a un equilibrio del sistema?
  • ¿Considera usted que los afectos se han tomado cada lugar de nuestras acciones desde la escuela hasta el trabajo?
  • ¿Considera usted que el nuevo héroe es el emprendedor?
  • ¿Considera usted que la economía es el medio para los cambios culturales y que el emprendedor creativo, flexible y atento liderará esos cambios para el crecimiento?
  • ¿Considera usted que no quedan alternativas por fuera del neoliberalismo?
  • ¿Considera usted que los límites de lo posible los define el mercado como única realidad desde donde se dirimen conflictos y se crean relaciones?
  • ¿Considera usted que el neoliberalismo, con su nueva semántica, se desbordó hacia la cultura?
  • ¿Considera usted que la imaginación, la creatividad y la emoción se rematizaron para su uso en los discursos económicos y los libros de gestión?
  •  ¿Considera usted que el capital humano con su inversión en educación y su autogestión emocional elimina los sentimientos hacía la pobreza y libera el espíritu competitivo?
  •  ¿Considera usted que en el neoliberalismo no hay diferencia entre el “modo trabajo” racional y el “modo hogar” emocional?
  •  ¿Considera usted que la vida laboral y la vida privada se han    convertido en una sola cosa?
  •  ¿Considera usted que nos hemos convertido en pequeñas empresas que requieren reinventarse continuamente?
  •  ¿Considera usted que la economía se ha convertido en más que la economía y la relación costo-beneficio pasó a todos los ámbitos de la vida?
  •  ¿Considera usted que el conocimiento es solo valido si se transforma en productividad?
  •  ¿Considera usted que en el neoliberalismo el capitalismo pasó de ser opresivo a un espacio de oportunidades reforzando el individualismo y haciendo que el éxito sea el resultado del mérito y no de las relaciones de poder?
  •  ¿Considera usted que el capital humano se basa ahora en la incertidumbre en donde el riesgo está por encima de la seguridad permitiendo así que todos podamos ser exitosos?
  •  ¿Considera usted que pasamos de “la imaginación al poder” que reclamaban los jóvenes de mayo del 68 al protagonismo de una imaginación pero esta vez sin sentido crítico ni compromiso político?
  •  ¿Considera usted que la imaginación dejó de ser un concepto relacionado con el arte y la inspiración?
  •  ¿Considera usted que la creatividad y la imaginación pasaron a ser herramientas de gestión empresarial?
  •  ¿Considera usted que la creatividad es la salida a los complejos problemas que plantea el siglo XXI?
  •  ¿Considera usted que la creatividad sustenta el nuevo discurso de la empleabilidad, donde la energía del desempleado se transforma en energía de emprendimiento?
  •  ¿Considera usted que contra la pobreza se requiere más creatividad?
  •  ¿Considera usted que la protesta y la queja son pérdidas de una energía que debería enfocarse en la creatividad?
  •  ¿Considera usted que el trabajo dejó de ser solo salario para ser alegría, creatividad, pasión y compromiso que llevan a la felicidad?
  •  ¿Considera usted que dentro de la “política del tiempo”, surgida en el neoliberalismo, el tiempo libre se convirtió en tiempo vacío?
  •  ¿Considera usted que de la educación, como inversión personal en capital humano, pasamos a la inteligencia emocional regida por el autocontrol, el entusiasmo y la motivación?
  •  ¿Considera usted que la mayor amenaza para el capitalismo hoy es el desagrado y la falta de entusiasmo?
  •  ¿Considera usted que lo precario del mercado se barniza con cultura?
  •  ¿Considera usted que los conflictos se transformaron en cuestiones culturales de gusto?

Y, para terminar, una pregunta de ñapa: ¿Considera usted que es válido afirmar, como lo hace Alberto Santamaría, que en el neoliberalismo la cultura es el lugar en donde todos somos iguales y debemos ser tratados con respeto mientras que en lo económico lo que funciona es la dinámica de la diferencia?
 

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