Santiago Valencia
Abogado, especialista en Derecho Administrativo con Maestría en Análisis Económico del Derecho, se ha desempeñado como profesor universitario, abogado litigante, consultor jurídico y en asuntos políticos y públicos, fue elegido Representante a la Cámara (2014 – 2018) y Senador (2018 – 2022), en el Congreso fue miembro de las comisiones primeras constitucionales, Presidente Comisión Primera (2019 – 2020), Presidente Comisión de Ética y Estatuto del Congresista (2020 – 2021).
Santiago Valencia

¡Octubre el desquite!

Poco a poco, los colombianos se han ido conectando con las próximas elecciones de octubre, todavía son muchos quienes desconocen la próxima cita con la democracia, es normal que los ciudadanos desprevenidos apenas estén cayendo en la cuenta, no sólo de los comicios, sino de la importancia de éstos.

Por el contrario, a quienes nos gusta o nos dedicamos a la política, llevamos ya varios meses pensando en candidatos, planteando estrategias, adelantando conversaciones para lograr alianzas, o determinando mecanismos para elegir entre varios candidatos.

De acuerdo con el calendario electoral publicado por la Registraduría, entidad encargada de llevar el registro de los colombianos, así como de organizar las elecciones, los candidatos podrán inscribir sus candidaturas desde el pasado 29 de junio, durante un mes, hasta el mismo día del mes de julio, fecha en la que tendremos certeza absoluta de quienes aspiran y con que avales, partidos o movimientos ciudadanos, a las gobernaciones, alcaldías, asambleas departamentales, concejos municipales y juntas administradoras locales.

A partir del 29 de julio, empezará formalmente la campaña, con publicidad y eventos en plaza pública, finalmente, las elecciones se desarrollarán el domingo 29 de octubre.

Nuestra Constitución y las Leyes sobre la materia, determinaron que las elecciones locales se desarrollarían el último domingo de octubre, luego de un poco más del primer año de gobierno del Presidente de la República. Los mandatarios elegidos, empezarían su gestión el primero de enero del siguiente año, aproximadamente un año y medio después del inicio del mandato presidencial.

Aunque en el Congreso se ha intentado unificar varias veces dichas votaciones con el argumento de ahorrar recursos, las elecciones de este año demuestran el grave error que cometeríamos si se decidiera desarrollar la elección nacional y la local el mismo día.

Los debates son totalmente distintos, en las elecciones presidenciales la gente discute y vota por quien, a su parecer, presenta la mejor propuesta en materia económica, en seguridad, salud, educación, empleo etc., mientras que, en las elecciones territoriales, el debate se centra en las necesidades más inmediatas de la gente, alumbrado público, la pavimentación de la vía donde se vive, los policías de la estación de su pueblo, entre otras razones. De unificarse ambas elecciones, el debate nacional absorbería el local, se polarizaría entre los dos candidatos presidenciales con más opción y la lógica no seria la necesidad local sino el candidato que eventualmente tendría más cercanía o posibilidades de acceder al nuevo presidente.

En materia de representación política, esto implicaría la desaparición de partidos políticos minoritarios, que basan su supervivencia en el poder local, ahí, fortalecen sus estructuras, lo que les permite tener finalmente una representación minoritaria en el Congreso, garantizando tener un poco más de pluralidad, lo que siempre será bueno para la democracia.

Finalmente, y particularmente importante en nuestras circunstancias actuales, las elecciones locales se vuelven, como dijera el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, un pequeño referendo a la gestión del mandatario de turno, es una gran oportunidad de demostrar, con efectos reales y tangibles; el desacuerdo, el malestar y la inconformidad, castigando en las urnas al presidente Petro, a Francia y en general a todo su gobierno.

El resultado final termina además por generar un equilibrio político, de ganar el Pacto Histórico en lo territorial, consolidaría su poder y podría buscar perpetuarse en la Presidencia, de perder, las distintas manifestaciones políticas, diferentes a la izquierda radical, podrían fortalecerse y buscar la presidencia dentro de tres años.

Así las cosas, la invitación a los ciudadanos es separar de una vez la fecha del 29 de octubre, no programar viajes, ni paseos, su voto y el de su familia pueden ser absolutamente decisivos. Analicen con cuidado y juicio los candidatos, ya hay muchos cercanos al corazón de Petro y al Pacto Histórico que lo niegan, solapados, que, sin sonrojarse, saben que de aceptarlo pierden opciones para octubre.

", decidámonos por personas que nos garanticen un mejor futuro.

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Santiago Valencia
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