Emocionado y lleno de entusiasmo, acepté la invaluable oportunidad de ser designado cómo Director del Instituto Distrital de Turismo por el nuevo alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán. Esta designación representa un compromiso apasionante para impulsar el potencial turístico de la ciudad y contribuir a su desarrollo integral.
Mi alegría al iniciar esta nueva etapa de mi vida se ve respaldada por la visión transformadora de Galán para Bogotá. Su compromiso con un gobierno decente y eficiente, enfocado en resultados tangibles, crea un escenario propicio para fortalecer el turismo como motor de crecimiento económico y social.
Al asumir esta responsabilidad, me sumerjo en un escenario vibrante, respaldado por datos alentadores. Más de 11 mil prestadores de servicios turísticos generan más de 87 mil empleos en la ciudad, según la Cámara de Comercio. La oferta de 655 hoteles registrados y una ocupación del 65% indican un potencial significativo que, bajo la guía de Galán se convertirá en un factor clave para el desarrollo económico.
Durante el 2022, Bogotá recibió más de 11.2 millones de viajeros, siendo un destino predilecto para 10 millones de nacionales y 1.2 millones de extranjeros. Este flujo constante demuestra el atractivo de la ciudad, pero también señala el reto de posicionarla como un referente internacional, un objetivo que asumo con fervor.
El impacto económico del turismo en Bogotá es innegable. En el tercer trimestre de 2023, aportó más de 4.500 billones de pesos al PIB de la ciudad, representando el 7% del total. Sin embargo, el desafío radica en consolidar y mejorar estos números, en sintonía con las expectativas de Galán de hacer de Bogotá un epicentro turístico en América Latina.
Los primeros seis meses de 2023 en el Aeropuerto El Dorado evidencian un promedio de 2.050 vuelos nacionales y 982 internacionales por semana, señalando una conectividad que debemos fortalecer. Además, la Terminal de Transporte de Bogotá movilizó casi 13.5 millones de personas, un 23% más que en 2022, destacando la importancia del turismo interno.
El reto, sin embargo, no es solo cuantitativo. La calidad de la experiencia turística es esencial. Por ello, trabajaremos en estrecha colaboración con el sector hotelero, gastronómico y cultural para ofrecer servicios de excelencia que destaquen la riqueza histórica, cultural y natural de Bogotá.
La visión de Galán se extiende más allá de los números. Reconoce la importancia del turismo social como instrumento de transformación social. Las rutas de graffiti en comunidades históricamente deprimidas no solo añaden valor artístico, sino que generan empleo y ofrecen oportunidades a jóvenes en búsqueda de segundas oportunidades.
Bajo mi dirección, impulsaremos iniciativas de turismo social y comunitario, contribuyendo a un desarrollo equitativo y sostenible. La diversidad de Bogotá se reflejará en experiencias turísticas que abarquen desde el patrimonio cultural hasta las expresiones artísticas emergentes en los barrios más marginados.
Mi compromiso es alinear cada esfuerzo con la visión de Galán, promoviendo una Bogotá que no solo sea un destino turístico líder en América Latina, sino que también destaque por su enfoque inclusivo y sostenible. Trabajaré incansablemente para que el turismo no solo sea un motor económico, sino una fuerza positiva que transforme vidas y comunidades.
Al asumir esta posición, me uno al equipo de Galán con la convicción de que, juntos, lograremos hacer de Bogotá un destino emblemático. Con estrategias innovadoras, una promoción efectiva y la colaboración activa con todos los actores involucrados, sentaremos las bases para un crecimiento turístico que impacte de manera positiva en la ciudad y sus habitantes.
