Los últimos 24 meses, han hecho que instituciones educativas, empresas y trabajadores, hayan cambiado su enfoque, evolucionando hacia nuevas formas de adquirir experiencia y habilidades útiles para el actual entorno empresarial y social, para afrontar nuevos y desafiantes retos. Por esto la frase “Aprender a aprender” debe ser un poderoso lema entre los jóvenes y los mayores, al ser parte de una sociedad y economía en constante movimiento, que les facilite adaptarse a nuevos escenarios, fortaleciendo sus habilidades, con un claro objetivo: aportar y generar valor en el futuro.
Por esto las Power Skills o habilidades poderosas son el futuro laboral. La Universidad de Stanford ha hablado de ellas desde 2015, por esto el concepto de Soft Skills o habilidades blandas (de las que escribí la semana anterior), se han adaptado porque el término “soft” les resta importancia, adaptándolo por un termino más dinámico, realista y motivador, como las “Power Skills o habilidades poderosas”, que toman mayor empoderamiento, al ser cada vez más necesarias y relevantes en el trabajo, al reflejar su trascendencia en la sociedad y en el desarrollo de las personas.
El surgimiento de las habilidades blandas o soft skills, se dio a mediados del siglo XX cuando el ejército norteamericano se dio cuenta que no siempre los equipos con mejores habilidades técnicas (duras) eran quienes ganaban; sino que, lo lograban quienes trabajaban en equipo y como consecuencia preparaban mejores tácticas, por eso estos análisis permitieron que en 1972 se incorporara en el manual de entrenamiento del ejército el concepto de habilidades blandas.
Para destacar en un mundo tan competitivo, en el que la rivalidad es cada vez mayor, el desarrollo de las “habilidades poderosas”, ayudan a obtener una mejor capacidad de liderazgo, organización, cooperación, comunicación, entre otras, creando personas empoderadas, preparadas para un mundo cambiante y acelerado, capaces de ejecutar diversas funciones, mejorando la toma decisiones y fortaleciendo la creatividad, la asertividad, el trabajo en equipo, entre otras.
A pesar que muchos líderes son conscientes de la importancia de estas habilidades y que ellas pueden impulsar al éxito de una empresa, tomando medidas necesarias y oportunas para eliminar la parálisis a los trabajadores e impulsarlos a buscar sus objetivos y los de la empresa.
Algunas empresas, prestan poca atención a los títulos académicos, aunque necesarios, centrando su búsqueda en personas con actitud de permanente aprendizaje, adaptables a los cambios, con excelentes relaciones interpersonales, habilidades comunicativas, curiosos, con control de emociones que las apliquen en todos ámbitos de la vida. Por lo tanto, una persona que esté abierta a ello, aporta mayor valor y las empresas lo saben.
Se debe destacar la importancia de estas habilidades poderosas, en cuanto al poder que dan y la oportunidad de competir en un mundo cada vez más tecnológico, disruptivo y volátil, siendo básicas y necesarias para el desarrollo personal, por lo tanto un trabajador con experiencia desarrolla competencias fundamentales y valoradas en el trabajo, al contar con capacidad analítica y de gestión, para la toma de decisiones oportunas para enfrentar positivamente desafíos y problemas, transmitiendo seguridad y confianza.
En este momento de constante cambio, es fundamental destacarse por contar con un pensamiento crítico, por el optimismo, la curiosidad, la inteligencia emocional, empatía y la capacidad para trabajar en equipo, generando un buen ambiente de trabajo y colaborando con otros. Las habilidades poderosas, permiten adaptarse a la cultura organizacional y a los grupos de interés.
Los cazatalentos y reclutadores son conscientes, que encontrar trabajadores con “habilidades poderosas” es más complejo que encontrar candidatos con multitud de “habilidades duras”. Por eso estas habilidades duras siguen siendo determinantes, pero como componente adicional de un desarrollo de las habilidades poderosas que, ante igualdad de candidatos, se decante por quien cuente con ambas.
Un estudio del Instituto de Investigación de Stanford y la Fundación Carnegie Mellon identificó que 75% del éxito en el trabajo a largo plazo es resultado de las habilidades poderosas y solo el 25% tiene su origen en las habilidades duras. “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”, señalo el escritor norteamericano Alvin Tofler, quien analizo el impacto de la tecnología en la humanidad y la estrecha relación con el futuro del empleo y los cambios que vienen, debido a la automatización, la robótica o la Inteligencia Artificial.
Las habilidades poderosas, son fundamentales para un mundo cada vez más automatizado. Por esto los niños deben ser formados para ser personas con capacidades, de las que la tecnología carece, como la capacidad resolutiva, pensamiento crítico, toma de decisiones, relaciones interpersonales, control de emociones y perseverancia, al igual que trabajo en equipo y empatía, como habilidades básicas y necesarias para su desarrollo.
Estas habilidades se continúan ajustando y mejorando a lo largo de la carrera profesional, pudiendo aplicarlas en cualquier trabajo, por lo que hacen más sencillo cambiar de sector empresarial, al buscar un nuevo trabajo. Estas habilidades transferibles ayudan a reinventarnos en momentos de cambio, transición o crisis.
Por la actual revolución tecnológica con sus constantes avances, el potencial destrucción de empleo, que algunos auguran, comenzara por aquellos trabajos repetitivos, en los que una persona aporta poco o no genera valor agregado, es aquí donde las habilidades poderosas, son la base de la empleabilidad y el desempeño laboral, para competir en un mercado altamente tecnológico, competitivo y cambiante, que dentro de un equipo de trabajo aseguran un ambiente optimo para crear relaciones saludables que generen desarrollo humano, comunicación, pensamiento crítico, animo participativo, enfocado en prestar mejores experiencias y en el bienestar general
Estas competencias poderosas son responsables del 90% del éxito de una persona. Sin estas habilidades, incluso el trabajador con más titulos puede ser superado por otros con estudios menos llamativos, o con menor experiencia, pero que demuestren mejores habilidades para asumir soluciones creativas, generar entornos de colaboración o ejercer liderazgo.
Un nuevo patrón empresarial está cambiando la forma de entender el trabajo. La proactividad, la iniciativa y el pensamiento crítico son imprescindibles para responder ante los retos que plantea la evolución actual de la sociedad. Por lo tanto, las empresas están en proceso de transformación, dando lugar a estructuras horizontales, agiles, innovadoras, participativas y colaborativas, sentando las bases del nuevo paradigma, construyéndolas de manera óptima para alcanzar el objetivo de vivir en una sociedad responsable, igualitaria, creativa, innovadora, sostenible y empática. Es decir, una sociedad mejor.
