El alcalde de Medellín, ya próximo a terminar su periodo, se ha caracterizado por ser un maestro del engaño, la manipulación y la mentira, entre su reguero de mentiras se encuentran el ser un supuesto “independiente”. Llegó a la Alcaldía alegando no deberle favores a nadie, sin embargo, al mejor estilo de Roy, Quintero conoce prácticamente todas las casas políticas del país; fue del Partido Conservador en 2007, de la Alianza Verde y Partido del Tomate en el 2012, candidato a la Cámara de Representantes por Bogotá, avalado por el Partido Liberal en el 2014, de ahí, pasó a ser funcionario en el Gobierno de Santos, apoyó a Petro en el 2018 y, finalmente, para desgracia de la eterna primavera, fue elegido como “independiente” a la Alcaldía de Medellín.
Súmele las mentiras sobre Hidroituango; afirmó que prácticamente “la había tenido que hacer de cero” luego de la contingencia, en realidad la recibió en un 84% de ejecución, también dijo que gracias a él se había recuperado la plata de las aseguradoras, gestión que en realidad debe agradecérsele al expresidente Duque, dijo que los materiales utilizados antes de su Alcaldía eran de mala calidad, afirmación falsa, desvirtuada por todos los estudios técnicos realizados a la obra.
Las lista sigue, mintió sobre sus verdaderas intenciones con el Aeropuerto Olaya Herrera, engañó a los silleteros en la Feria de las Flores, fue suspendido de su cargo por participar ilegalmente en las elecciones, utilizando sus métodos de manipulación y engaño, ha mentido sobre Buen Comienzo, el Jardín Botánico, las supuestas líneas de metrocable que ha hecho, en fin, probablemente son cientos de mentiras las que podríamos enumerar, iniciando desde su campaña, pasando por los casi cuatro años que lleva en el poder.
A las mentiras hay que sumarle los actos de indelicadeza y presunta corrupción como el pago de viáticos a ver partidos de la Selección Colombia o los paseos a Miami sin autorización del Concejo, las fiestas en casa de un concejal en plena pandemia, sobrecostos en ISVIMED, contratos dudosos en el Dagrd, los nombramientos de familiares en la Alcaldía y en EPM, los problemas en el Hospital General, etc., y podríamos seguir enunciándolos.
De Quintero no sorprende absolutamente nada, tristemente todavía hay ciudadanos incautos, desinformados y engañados que siguen creyendo en él, por fortuna, cada vez son menos los entusiastas Quinteristas, de ello dan cuenta las encuestas de percepción, opinión e imagen del alcalde y su administración, además, de los pésimos y tristes resultados de sus candidatos en lo que va de la contienda.
Ahora, se acercan las elecciones, por supuesto, la vaca ladrona no olvida el portillo, Quintero, echando mano de su demagogia y populismo, acude nuevamente a la mentira para intentar mejorar las opciones de sus candidatos, el señor Upegui, y el otrora Uribista, Corredor para la Alcaldía de Medellín, esta vez con un refrito de engaño, el congelamiento de la tarifa de servicios públicos para la ciudad. Promesa que había hecho hace cuatro años y que hoy retoma de cara a las elecciones del próximo 29 de octubre.
Esta vez la mentira y el engaño tienen un agravante, a pesar de las advertencias de todos los expertos en la imposibilidad de cumplir esa promesa, Quintero decide congelar las tarifas echando mano de un instrumento legal que permite congelar temporalmente la tarifa, cobrando en diferido el excedente que no se había cobrado anteriormente, de esta manera, el usuario paga la misma cantidad, solo que como si se tratase de un crédito, terminará pagando en cuotas el valor total de su factura.
De manera que la supuesta congelación y disminución de la tarifa es una nueva mentira de Quintero, toda vez que, los usuarios le quedaran debiendo a EPM aproximadamente cuatrocientos mil millones de pesos, sumado a lo que sigue aumentando la tarifa en virtud de la aplicación de la ley, deuda que deberá empezar a cobrarse a partir de enero, mes en el cual, los expertos aseguran puede subir más de 10% la cuenta de servicios públicos.
En enero ya tendremos un nuevo alcalde, Quintero, fiel a su estilo, se lavará las manos y culpará al alcalde que apenas empieza su administración, todo para poder sostener su mentira, la cual ha mantenido viva por cuatro años, sin importar el daño que le pueda ocasionar a los más pobres de la ciudad.
Ojalá, antes de que actúen los órganos de control y la rama judicial, el primer castigo a Quintero se lo demos todos en las urnas.
