Roger Carrillo

Reactivación Económica, Devaluación e Inflación

Las perspectivas de crecimiento económico después del año anterior, el cual fue un año de recuperación y reactivación de los principales indicadores macroeconómicos del país, son optimistas para este 2022, a pesar de ser un período marcado por elecciones parlamentarias y presidenciales, que generan nerviosismo en los inversionistas nacionales y extranjeros; pero además, existen otras preocupaciones adicionales que las autoridades económicas y gubernamentales deben vigilar y controlar: el aumento de la tasa de cambio y la presión inflacionaria, las cuales pueden afectar las proyecciones de crecimiento para el presente año y finalmente, los efectos que pueda ocasionar el rebrote de la Covid-19, con la nueva variante ómicron.

No podemos desconocer los logros obtenidos por el gobierno nacional en nuestra economía, especialmente en el segundo semestre del 2021, en materia de desempleo, porque la cifra bajo a un 11.8 %, es decir, se crearon alrededor de 800.000 nuevos empleos, lo que   representó una disminución de 2,9 puntos porcentuales frente al mismo periodo del 2020, que fue de 14,7 %.

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística - DANE, en octubre del año anterior, el país registro 22,1 millones de personas ocupadas, lo cual representó una recuperación de 854 mil nuevos empleos, frente al mismo periodo de 2020, cuando se registraba 21,2 millones de personas ocupadas. Si bien, el desempleo viene cediendo, se requiere para este año, más crecimiento e incentivos al sector productivo para alcanzar los niveles de crecimiento que se tenían antes de la pandemia. Las cifras oficiales registran los siguientes datos: “Una tasa de informalidad nacional 48,2 %,
25,3 % es la tasa de desempleo de las mujeres jóvenes
y 1,23 millones de jóvenes están desempleados en el país”. Un panorama complejo que requiere de mayores esfuerzos del gobierno nacional como del sector privado para equilibrar la empleabilidad en nuestro país.

El crecimiento económico de la vigencia fiscal 2021, fue sorprendente con un aumento del PIB de 9.7 % - el más alto en los últimos 50 años-  siendo , además, líder en reactivación económica en las regiones de América Latina y el Caribe. El crecimiento de la economía colombiana ha estado "jalonado" básicamente, por la dinámica del consumo interno de los hogares, pero además, hay que tener en cuenta el dinamismo de sectores como el comercio, servicios, industria y manufactura, lo cual contribuyó sustancialmente al crecimiento del PIB, en el segundo semestre del 2021.

En cuanto a   la balanza comercial, el déficit  a octubre de 2021, superaba los 1.500 millones de dólares, pues las importaciones se incrementaron en 652 millones dólares, es decir, que mientras en el periodo analizado las exportaciones estuvieron por el orden de los 3.795 millones de dólares, las importaciones representaron unos 5.314 millones de dólares. El déficit en la balanza comercial ha sido una constante en los últimos años, lo que hace necesario un mayor apoyo a nuestros exportadores y una revisión profunda de la política arancelaria, para  que se genere un verdadero valor agregado a las exportaciones del país y equilibre esa balanza.

Por su lado, la balanza cambiaria según el Banco de la República - con corte a octubre del año anterior- la inversión extranjera totalizó US$5.824 millones, lo que no representó variaciones significativas con relación al mismo periodo en el 2020. Según registros del Banco de la República, para ese periodo el resultado registró un total de US$5.825,9 millones. Las perspectivas de crecimiento para el 2022, según la OCDE, estan cerca al 5,5 % y 3,1 para 2023, sin duda estas proyecciones son muy positivas y se prevé una estabilización de los principales indicadores macroeconómicos, donde la inversión y el consumo privado serán determinantes.

DEVALUACIÓN E INFLACIÓN

Dos grandes preocupaciones arrancando este 2022: Una tiene que ver con el aumento continuo de la devaluación del peso colombiano y, el aumento del costo de vida, por el incremento en los precios de los productos de la canasta familiar, que apuntan a un primer trimestre complejo para los estratos más bajos, como consecuencia de una inflación de 5.6 % al cierre del 2021 y por consiguiente la indexación a los bienes y servicios que vienen generando una presión inflacionaria. Además de lo anterior, el incremento del 10.7 % al salario mínimo de los trabajadores que incide directamente en el aumento de algunos bienes y servicios, por lo cual los más afectados, son  los estratos 1,2 y 3.

La devaluación del peso colombiano, es otro dolor de cabeza de las autoridades monetarias, el 2021 cerró con una devaluación entre 15 % y 16 % lo que nos ubica como la cuarta moneda más devaluada, después de países como Turquía, Argentina y Chile, esta alta volatilidad de la moneda nacional frente al dólar, se origina en gran parte, por la reactivación económica que ocasionó una mayor demanda de bienes y servicios, acompañado de mayores importaciones y un aumento del déficit de nuestra balanza comercial, como también, la incertidumbre que genera el actual contexto electoral, en los agentes económicos y el aumento de las primas de riesgos.

Se debe tener en cuenta que, otro aspecto que presionó la devaluación, fue la baja en la tasa de interés que se mantuvo hasta mediados de diciembre de 2021 en niveles del 1.75 %, tasa de referencia que fue modificada el 11 de noviembre del 2021 en un 2 %, para contrarrestar la presión inflacionaria y mantener el poder adquisitivo de la moneda nacional.

En cuanto a la tasa de cambio que ha estado oscilando entre $3.970 y $4.100 pesos en los últimos meses, que ha sido contrarrestada por el gobierno nacional con las monetizaciones en dólares, producto de la venta de ISA a Ecopetrol; le permitió al país recibir el equivalente en dólares de 14.2 billones de pesos, es decir, unos 3.800 millones dólares, los cuales  sin duda, ayudaron a restringir la devaluación de la moneda nacional y evitar mayores costos en los créditos que se tienen en dólares con la banca multilateral, tanto del gobierno nacional, como de los empresarios privados.

La tasa de cambio está directamente influenciada por factores externos asociados a la fortaleza mundial del dólar y el aumento de las tasas de interés de la FED, y además, al déficit en cuenta corriente y el aumento de la inflación local que ejercen una fuerte presión en la devaluación. Un gran desafío tiene las autoridades económicas colombinas para evitar que la devaluación y la inflación, frenen las perspectivas de reactivación y crecimiento económico que se proyectan para este 2022, marcado por los procesos electorales y un cuarto pico de la pandemia.

Enfrentamos grandes retos, pero también   hay que reconocer los avances del gobierno nacional en materia de vacunación, el Ministerio de Salud reportó que, con corte al 7 de enero de 2022, se había aplicado en el país, un total de 66,20 millones de vacunas contra la Covid-19. Sin embargo, hay que seguir avanzando en ese proceso, para llegar a la totalidad de los colombianos con todo el esquema de vacunación y refuerzos, lo que requiere el compromiso de todos.

Debemos continuar por la senda de la reactivación y el crecimiento económico. La lucha por reducir los altos niveles de desigualdad debe ser una política de Estado. El último informe sobre desigualdad en el mundo, muestra que "el 10 % de los más poderosos en el mundo, durante el 2021 se quedaron con el 52 % del total de la riqueza, mientras que el 50 % más pobre, se tuvo que contentar con el 8.5 %”. En el caso de Colombia, infortunadamente, ocupa los primeros lugares en materia de desigualdad “predistributiva”. Aquí tenemos una tarea pendiente para el próximo gobierno, de ahí la importancia de elegir bien, para no profundizar las brechas de pobreza multidimensional y desigualdad en nuestro país, como viene ocurriendo en muchos países de la región por decisiones equivocadas

 

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Roger Carrillo
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