Luego de la conformación del gabinete del presidente Petro, donde sin lugar a dudas marco derroteros poco vergonzantes en las carteras de: Hacienda, Justicia, y transporte, al igual la designación de nuevas cúpulas en la fuerza publica marcaran los que serán ejes temáticos importantes en asuntos de seguridad pública, en los próximos 4 años, el debate mas importante a parte de las reformas de la estructura contributiva, y de administración tributaria, será desde luego la tan aclamada por años y gobiernos reforma a la justicia en asuntos estructurales, y sustanciales para lograr prestar el quizás mas importante servicio público, la administración de justicia.
El paradigma para lograr la aprobación de esa reforma indica que brillara la independencia del poder judicial, asunto que de entrada matizan con importancia irrefutable, tocara estar vigilantes para garantizar ello, para poder establecer ejes importantes dentro de este colosal asunto, podría destacar y de manera puntual los siguientes: la descongestión judicial, la desconcentración y especialización de la justicia, la actualización y unificación de las normas generales del proceso, la eliminación de los catálogos jurídicos de procesos tipo en desuso, implementación rigurosa de capacitación a los operadores judiciales, ojala el gobierno Petro atizara atención a ello.
La creación y unificación de un máximo Tribunal constitucional por salas especializadas, la implementación de la responsabilidad penal y disciplinaria de personas jurídicas, la necesidad de establecer la periodicidad de las magistraturas de manera temporal absoluta o vitalicia, y desde luego la priorización de la descongestión judicial de manera urgente, mediante un periodo de transición donde los abogados según especialidad, deberán ser de manera necesaria investidos con funciones jurisdiccionales a fin de resolver causas “fast track”, buscando maneras agiles y oportunas, que den un ambiente de eficacia judicial, y cero impunidad.
Dicho tribunal podría estar conformado por ocho salas, a saber: la laboral, civil y familia, penal, sala de juzgamiento, sala de instrucción, sala administrativa, sala especial de transición, sala electoral; un Tribunal Superior Constitucional con subdivisión por salas especializadas, todas con funciones constitucionales frente a derechos de ultima generación como la acción de tutela, no solo daría la posibilidad a una justicia mas especializada, menos politizada, y un control difuso constitucional de cierre por especialidades, seria un avance importante y de verdad con vanguardia y aires claramente reformistas.
Las consideraciones frente a la inmensa necesidad de una reforma a la justicia abriría un camino sin lugar a dudas encontrar una justicia mas accesible, mas celera, mas independiente, mas consolidada, y sin lugar también abriría la posibilidad de buscar a futuro también de reformas a el régimen político y electoral, donde impere el Estado de Derecho, donde la sociedad en general sea veedora del respeto de las libertades y garantías públicas, y no desaparezcan nunca los frenos y contrapesos que son pilar y estandarte de toda Democracia.
