Ahora, como nunca antes, las cosas pintan negras para el genocida régimen chavista a la cabeza del, para vergüenza nuestra, colombiano Nicolás Maduro gran aliado del, para vergüenza nuestra, colombiano Gustavo Petro. No nos hemos preguntado por qué se interrumpieron de golpe las amorosas visitas del mequetrefe a Caracas, lo que deberíamos celebrar como indicio claro de que las cosas no van muy bien para el régimen criminal del genocida, el mismo que ayudó a encaramar al poder al no menos criminal régimen que padecemos los colombianos desde hace poco más de un año. Y es que el milagro viene con rostro de mujer y de mujer valiente. María Corina Machado está demostrando que no cederle un milímetro al crimen paga. No ocurrió lo mismo ni con Capriles, ni con Leopoldo López ni mucho menos con el traidor de Guaidó en el que pusimos todas las esperanzas las que, a pesar de contar con el apoyo de Trump, pisoteó convirtiéndose en el paquete chileno que colaboró a sostener a Maduro y a Diosdado, unos años más, por su actitud cobarde. A los venezolanos se les alargó el sufrimiento por culpa de una oposición sumisa representada por tipejos más inclinados a la izquierda que a la derecha.
Lo que se le vino al régimen es una avalancha que no va a poder detener. Durante más de veinte años, y desde muy joven, una mujer de armas tomar –recordemos su demostrada valentía cuando enfrentó al todopoderoso Chávez en plena Asamblea Nacional en 2011- ha ido preparándose para este momento. A Maduro le salió un tiro por la culata cuando creía que podría burlarse de los venezolanos y del mundo entero con una farsa de elecciones de esas de las que el chavismo es experto; y cuando la cosa se les puso color de hormiga le salió otro tiro por la culata que fue el de inhabilitarla. Las calles y las plazas de los municipios de ese sufrido país se han visto colmadas a reventar para escuchar a María Corina. Y no es para menos, cuando la luz de la esperanza aparece en el horizonte se ve reflejada en los corazones contagiándose unos a otros. Volver a reunir a las familias, que los abuelos conozcan a sus nietos, que los hijos abracen de nuevo a sus padres, que los seres queridos puedan festejar los cumpleaños, las navidades juntos, que se les devuelva el país, el paisaje, la tierra, las montañas, el mar y todas sus riquezas es una ilusión que conmueve hasta unas lágrimas que alimentan de fortaleza a un pueblo golpeado al que se le creía derrotado para ser esclavizado décadas y décadas siguiendo el ejemplo infernal de la Cuba comunista.
La semana pasada María Corina visitó Isla Margarita demostrando de nuevo que todos los obstáculos que le ha sembrado el régimen no la van a detener para recorrer cada rincón de su país. La prohibición de comprar billetes de avión no le impidió llegar a su encuentro con su gente. Lo que está ocurriendo incluye a todos, tanto a los venezolanos que habitan su territorio como también a los de la diáspora.
Dice María Corina: “Las primarias se han convertido en un hito de construcción de fuerzas. Un hito de articulación ciudadana y de construcción de alianzas cívicas, como nunca antes. Esto que estamos haciendo es inédito. Nunca antes venezolanos en tantos puntos del mundo y en tantos lugares de Venezuela nos hemos unido alrededor de una causa común en un movimiento que trasciende los partidos”, refiriéndose a que el 22 de octubre se realizarán las elecciones primarias de la Plataforma Unitaria Democrática para escoger su candidato presidencial para las elecciones de 2024, lo que se conoce simple y claramente como las Primarias, y es por ahí que al corrupto régimen se les ha ido saliendo las cosas de las garras porque acá no valen inhabilitaciones ni la intervención de un CNE de porquería ni la de organismos internacionales cómplices del régimen.
Lo que está ocurriendo en Venezuela es motivo de esperanza también para nosotros. Sin el apoyo de su mentor Chávez, desde el infierno, al gobierno del mequetrefe Petro le queda faltando una pata. Ya se ve como se ha venido debilitando Maduro desde que Petro ha llamado a su mesa a los criminales narcoterroristas del ELN y las FARC que servían de brazo armado al chavismo. Insisto en señalar un indicio de ello con la interrupción inesperada de la luna de miel de Petro con Maduro. Ya se ocupa Petro de formar sus propias milicias, a su manera, mientras que los sueños bolivarianos seguirán carcomiendo su cerebro hasta la tumba.
Acompañemos a nuestros hermanos venezolanos en esta lucha. Aunque de esos miserables se puede esperar lo peor de lo peor no dudo en afirmar que en tres semanas se manifestará en las urnas un pueblo que no se merece tanto sufrimiento lo que significará un grito libertario.
