Helmuhd Luvin Moreno Guevara

Comunicador Social - Periodista, MBA y Especialista en Alta Gerencia, con más de 20 años de experiencia en comunicación digital, marketing y periodismo. Docente universitario, apasionado por la inteligencia artificial, las redes sociales y la innovación tecnológica.

Helmuhd Luvin Moreno Guevara

Thunderbolts da un nuevo impulso a Marvel

Tal vez estemos frente a una de las mejores películas post Avengers: Endgame que Marvel haya mostrado en salas de cine sin contar a Spider-Man: No Way Home. La afirmación puede parecer arriesgada, pero la más reciente película de Marvel Studios, Thunderbolts, llega en un momento crítico para el estudio, que ha visto cómo sus últimas entregas no han logrado replicar el impacto de la fase del infinito, esa saga monumental que culminó con el épico cierre de Endgame.

Desde entonces, Marvel ha intentado desesperadamente recuperar el fervor del público con películas que, aunque visualmente imponentes, no han logrado capturar la esencia narrativa que convirtió a Iron Man, Capitán América y Thor en íconos culturales. Las tramas se han vuelto más dispersas, los personajes menos memorables y el público más escéptico. Y es que tras un clímax tan colosal producido por Endgame, cualquier historia que no alcance ese nivel parece condenada a la indiferencia o a la crítica feroz.

Marvel parece estar atrapado en una especie de limbo narrativo. Después del final de Endgame, el estudio decidió explorar el concepto del multiverso con el objetivo de replicar el éxito de su etapa anterior, pero en lugar de cosechar aplausos, cosechó dudas. ¿Qué es exactamente la saga del multiverso? ¿Por qué debería importarnos? Las respuestas no han sido claras y, en algunos casos, ni siquiera convincentes.

Con Thunderbolts, Marvel parece haber escuchado el mensaje. En lugar de seguir acumulando versiones alternativas de héroes y villanos, el estudio se arriesga con un equipo que no encaja en el molde tradicional de los Vengadores. Aquí no hay dioses nórdicos, genios multimillonarios ni supersoldados patrióticos. En su lugar, tenemos a personajes complejos, con pasados oscuros y motivaciones cuestionables. Un equipo de inadaptados que, en esencia, encarna la anti-heroicidad que mostró DC con Suicide Squad.

Pero Marvel no es DC, y Thunderbolts no es simplemente un intento de replicar la fórmula de los antihéroes descontrolados. Si bien la comparación es inevitable, la película se distancia al profundizar en los matices de sus personajes, explorando sus traumas y ambiciones con un enfoque más serio y menos caricaturesco. En un mundo post-Endgame, donde las consecuencias aún resuenan, estos personajes representan las cicatrices que la batalla final dejó en el universo Marvel.

Por otro lado, está la cuestión del tono. Después de la avalancha de chistes y momentos absurdos que plagaron películas como Thor: Love and Thunder, Thunderbolts opta por una atmósfera más sombría, casi claustrofóbica. Aquí no hay chistes fáciles ni secuencias infladas de CGI. En cambio, hay personajes que luchan con sus demonios internos, alianzas inestables y un aire de redención que recuerda a los tiempos más tensos del Capitán América. 

Esa sobriedad le sienta bien a Marvel pues durante años, el estudio fue aclamado por encontrar el equilibrio perfecto entre humor y drama, un balance que empezó a desdibujarse con la saturación del multiverso. Thunderbolts recuerda que las historias de superhéroes o antihéroes en este caso, pueden ser objeto de emociones humanas y dramas que están más allá de figuras invulnerables, superpoderes y trajes mágicos.

Además, la elección del elenco es una carta fuerte. Reunir a personajes como Yelena Belova, Bucky Barnes y John Walker permite a Marvel capitalizar en rostros conocidos sin depender de los pesos pesados del pasado. Cada uno de ellos tiene cuentas pendientes con el universo, heridas abiertas que pueden convertirse en el motor narrativo que la saga del multiverso aún no ha encontrado.

El desafío ahora es evitar que Thunderbolts se convierta en un desfile de personajes oscuros sin propósito claro. La tentación de caer en el cliché del antihéroe malhumorado está ahí, pero si Marvel ha aprendido algo de sus errores recientes, es que el público no necesita más personajes atormentados. Necesita historias bien contadas, con conflictos palpables y decisiones que importen.

Y hablando de decisiones, es inevitable pensar en la taquilla. Marvel ha visto cómo sus últimos estrenos han tenido un rendimiento inferior al esperado. Ant-Man and the Wasp: Quantumania fue un ejemplo claro de cómo una fórmula que alguna vez funcionó puede volverse repetitiva y predecible. Si Thunderbolts logra capturar la esencia de las películas que definieron la fase del infinito, podría ser el salvavidas que el estudio tanto necesita.

En términos de narrativa, Thunderbolts tiene todos los ingredientes para revitalizar la marca. Es un equipo formado por personajes que no necesariamente encajan entre sí, pero que comparten una necesidad urgente de redimirse. Es la oportunidad perfecta para construir una historia que no dependa de gemas del infinito ni portales interdimensionales, sino de personajes complejos que enfrentan dilemas morales tan oscuros como el mundo post Endgame en el que habitan. Y eso nos lleva a la pregunta inevitable: ¿Es Thunderbolts la película que tiene la fórmula que hará que el público vuelva a confiar en Marvel? Si el estudio es capaz de mantener el enfoque en historias intensas y personajes complejos, podría estar más cerca de recuperar el trono que dejó vacante tras Endgame.

En ese contexto, Thunderbolts podría ser el respiro que Marvel necesita. En lugar de seguir estirando la cuerda del multiverso, una apuesta que ha generado más confusión que emoción, la película opta por centrarse en un equipo de personajes moralmente ambiguos, un enfoque que recuerda a la fórmula ganadora de Guardianes de la Galaxia, pero con un tono más oscuro y retorcido.

En un panorama donde los superhéroes han dominado la pantalla durante más de una década, la frescura y la innovación son más importantes que nunca. Marvel tiene la oportunidad de demostrar que su universo cinematográfico no ha perdido su chispa, sino que está listo para evolucionar y sorprendernos una vez más.

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Helmuhd Luvin Moreno Guevara
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