Al hablar de la Normal Superior –de cualquier municipio- se asume que se está hablando de excelencia y formación integral pero la realidad en el caso particular de Ibagué es totalmente diferente. La ENSI (Escuela Normal Superior de Ibagué) Se va a convertir en un espacio cuadriculado que, sin escenarios de uso recreativo, va a condenar a los estudiantes al poco o nulo desarrollo de las habilidades blandas y ojo esta columna no es de resentimiento, es de sentido de pertenencia.
La ENSI año tras año está peor, odios estúpidos, autoritarismo total, mala administración y docentes que saben que las cosas están mal pero como puede más el puesto que el sentir, no dicen nada. Miremos desde todos los campos a esta hermosa institución llena de sueños pero que se cortan si los administrativos así lo quieren.
“La normal es un campo pluricultural, en donde siempre se respeta la diferencia” sería bonito poder afirmar esto, pero sería una total falacia, la ENSI cohíbe de toda forma de expresión a los estudiantes, arremete contra sus derechos con la excusa que así lo contempla un manual de convivencia, porque claro está que los colegios tienen autonomía, pero autonomía que no puede estar por encima –ni contradecir- la Constitución Política; aquí haciendo un paréntesis, la secretaría de educación debería mirar a ver cómo las instituciones educativas están teniendo sus Manuales de Convivencia porque si todas son como la normal que si llega una niña de raza afro la tienen que despojar de sus características culturales, estamos perdiendo como sistema educativo.
Y eso no es lo más aberrante en la normal, cualquiera que quiera promulgar una opinión es callado, señalado y perseguido con docentes y administrativos ¿Por qué? Porque les daña la rosca, sencillo; pero, si fuera para defender al “máximo poder institucional” si sacan a los estudiantes aún sin consentimiento de los padres para que griten a todo pulmón por alguien que carece de toda humanidad ¿Será que hay gato encerrado?
En cuanto al proceso académico hay mucho del cual hablar, empezando que se pregona un modelo pedagógico el cual no se lleva a cabalidad en todas las asignaturas. Además, es importante inculcar que muchos docentes siguen con estructuras y estrategias que poco o nada desarrollan y/o estimulan el aprendizaje del individuo.
Ahora sí, lleguemos a lo que rebosó el vaso, las construcciones para jornada única a la cual el año pasado nos opusimos en toda medida que fuese llevada a cabo en el sector en que ya se empezó, aquellas que le apuntan a destruir todo espacio de recreación y poner ladrillo “a lo que marca” cómo es posible que eliminen lugares de recreación. Ya sé lo que deben estar pensando “Pues es para que haya más salones” Sí claro, más salones que se debe ver reflejado en mayor logística –la cual no existe- más salones que debe ser posterior a un cambio de estructura pedagógica, cambio que no se ha dado. En fin, en pocas palabras antes de poner más ladrillos hay que mover varios que no están sirviendo, sería bueno iniciar por la cabeza del edificio. Aquel que queda en un tercer piso –por ejemplo-.
Yo fácilmente puedo hablar de lo bonito de la ENSI, pero para eso ya existe un comité de aplausos. Lo que sí quiero aclarar es que no todo está podrido en la normal, hay docentes de admirar que inculcan y llegan a los estudiantes, pero hay que sacar las frutas dañadas antes que dañen el cultivo.
Me gustaría llegar a 1.000 palabras, pero no se leerían, así que prefiero 600 y que sirvan para que pensemos ¿A dónde va a llegar nuestra institución? Evaluemos cada detalle, no temamos a hablar. Temamos a quedarnos callados y correr de aquel que tiene poder.
Vamos de mal en peor, necesitamos una reforma al sistema educativo, necesitamos educación de calidad, personas que no teman hablar por cuidar un puesto y sobre todo ser más “chimba”.
Dios les bendiga, bonito domingo.
