A un costado de la avenida de las Américas, cerca a la estación de Banderas, Luisa Fernanda decidió cortar camino para ahorrar algo de tiempo, aunque según algunos familiares, en las noches evitaba pasar por ese parque oscuro al lado de un caño y un conjunto de apartamentos.
Acostumbraba llegar hasta la estación de Banderas y ahí tomaba el alimentador. Sin embargo, era mucho más fácil caminar hasta su casa.
Las autoridades investigan el hecho y los familiares descartan que el crimen tenga que ver con las barras bravas. “Fue algo de mala suerte, ella pasó ahí para cortar camino y no se imaginó lo que le iba a pasar”. Además, tampoco creen que se haya tratado de un robo porque el agresor no se llevó el iPhone 5 de la víctima, ni dos pequeñas impresoras que se había ganado como modelo de protocolo.
La porrista de Millonarios vivía hacía dos años en Castilla, antes residía en el barrio Villa Anita, en Kennedy, pese a que era un barrio popular y en teoría menos seguro, jamás le pasó nada, según dijo Anderson Sánchez, uno de sus amigos, quien a su vez recuerda que ella vivió ahí hasta cumplir los 16 años.
UNA AMIGA DE LUISA FERNANDAD DICE QUE ESTA FOTOGRAFÍA FUE TOMADA UN DÍA ANTES DE SU MUERTE.
KienyKe.com estuvo en el lugar de los hechos en el barrio Castilla, al occidente de la capital, y corroboró la poca visibilidad del lugar, aunque al lado está el conjunto de apartamentos Rincón de los Ángeles y posiblemente más de uno haya escuchado un grito o un gemido ahogado.
Pocas horas después del asesinato de la también estudiante de Ciencia Política de la universidad de San Buenaventura, la policía ofreció una recompensa de 5 millones y durante el transcurso de este lunes aumentaron el monto hasta los 20 millones por información que conduzca con el paradero del hombre que le causó seis heridas con arma blanca en el tórax y el abdomen.
Versiones encontradas
La hipótesis que cobra más fuerza es que se trató de un fallido intento de robo. La policía analizó los videos de las cámaras de seguridad el sector en donde pese a la oscuridad de la escena se alcanza a ver un forcejeo de la víctima con su agresor.
Sin embargo, esta versión no tiene sentido para sus familiares, pues aseguran que de ser así el delincuente se hubiera llevado el bolso de la porrista. “Además, llevaba 200.000 pesos por el trabajo que hizo como modelo en el (barrio) 20 de julio”, aseguró su primo Gustavo Calderón.
Este lunes Medicina Legal, después de realizar la necropsia, descartó que se haya tratado de una violación porque no encontraron muestras biológicas en el cuerpo de la joven asesinada.
La Funeraria Gaviria, al norte de Bogotá, donde fue velada, se encontraba llena de familiares, compañeros de la universidad, porristas y barristas de Comandos Azules. Algunos acudieron ante la invitación en las redes sociales, aunque los familiares niegan que ella tuviera algo que ver con las barras bravas. “Ella no era una persona que mantuviera con barristas y las noticias la relacionan con Millonarios y esto no tiene nada que ver con el equipo”. Encima del ataúd estaba la bandera de su equipo.
Los primeros testigos del hecho son los dos agentes de policía que acudieron al lugar ante la llamada de una vecina que vio a Luisa Fernanda tendida en el piso y gritando por ayuda. Uno de ellos fue quien precisamente contestó el celular de la víctima y le dio la trágica noticia a su padre hacia las 8:30 de la noche del pasado sábado. Se sabe que la joven porrista no alcanzó a rendir ningún testimonio, pues cuando llegaron a socorrerla se encontraba inconsciente, en medio de la sangre.
Su padre, Bernardo Ovalle, trabajador de una empresa de seguridad, no quiso hablar y lo único que atinó a decir era que las noticias habían malinterpretado todos los hechos.
Ese trágico sábado Luisa Fernanda salió de su casa al medio día hacia el barrio 20 de Julio, al suroriente de Bogotá para realizar uno de sus habituales trabajos de modelo de protocolo o impulsadora. En esta ocasión estaba promocionado unas pequeñas impresoras de marca LG. Hacia las siete de la noche partió de regreso a su casa y a pocas cuadras de su casa, encontró la muerte.
Ovalle tenía planeado llegar a su casa y cambiarse de ropa para salir a una fiesta con sus compañeras de porras a Savoy, ubicado en la carrera séptima con calle 47, según el último chat que mantuvo hacia las 6:30 de la tarde. “Íbamos para una fiesta, pero apenas me dijeron eso me fui para la clínica”, dijo una de las porristas que acudió al velorio.
El martes 3, a las 10:30 de la mañana, fue la misa en la iglesia Cristo Rey. Su cuerpo será llevado hasta el cementerio Jardines de la Paz en donde todos sus allegados le darán el último adiós a la joven que recién había cumplido los 18 años. “Mañana será el último día que la veré, -decía su madre en medio del llanto- de resto sólo podré verla en fotos”.