Continúa el misterio por el crimen de Francisco Javier Montoya, propietario de una cabaña ecoturística en Nuquí, Chocó, asesinado el pasado domingo por desconocidos.
La muerte de Montoya, persiste en el misterio aunque algunos lugareños han indicado que hombres armados le exigían la entregara de sus terrenos. Los delincuentes, según las autoridades, dejaron un cartel que decía “por sapo”.
Las versiones son confusas, y muchas apuntan a que la zona, por ser estratégica para la salida de droga, estaría en disputa por grupos armados y narcotraficantes. El comandante del batallón de infantería en la zona, coronel Héctor Restrepo, explicó a diversos medios que el crimen fue perpetrado por "delincuentes, bandidos que no quieren el progreso para esta región, lo cual nos duele mucho".
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El militar agregó que el cuerpo de fue llevado junto con su familia al sector de Trinidad para su entierro, como el mismo en vida, explicó el oficial.
Sobre la hipótesis que conoció La W de que le habrían exigido al señor Montoya salir de la zona, debido a que es estratégica para la salida de droga y estaría en disputa por grupos narcotraficantes, el coronel Restrepo explicó que "el Pacífico, por ser costa, hace que todos estos narcotraficantes busquen la salida por ahí para ser llevada la droga al exterior. Aseguran unas líneas del narcotráfico que con la Armada y el Ejército venimos contrarrestando. A la fecha en el Pacífico hemos incautado más de 45 toneladas de coca".
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Por último, dijo que "esta es un área con influencia del ELN, hay presencia del Clan del Golfo que estamos contrarrestando y combatiendo a estos bandidos".
Los conocidos de Montoya afirmaron que llevaba una vida tranquila en la playa chocoana, donde empezó su negocio hace más de 30 años hasta lograr el reconocimiento de turistas que elegían este lugar para disfrutar de la naturaleza. Inclusive, testigos aseguran que la muerte ocurrió en presencia de dos turistas extranjeros.
