Lejos quedaron los años en los que Bernardo Miguel Elías jugaba y se divertía al rededor de los corrales ganaderos y árboles de mango y limón sembrados en la finca de su familia. A sus 41 años, ese muchacho se convirtió en uno de los personajes más llamativos para la opinión pública al ser objeto de investigación por el caso de corrupción más sonado en este año, el relacionado con la multinacional brasilera Odebrecht.
Conocido entonces como el "Ñoño", apodado así por una vieja vecina que lo molestaba por sus mejillas, rojas por el intenso sol del eterno verano de la sabana cordobesa y prominentes por su gusto por la comida, así, como las de uno de los famosos personajes mexicanos del Chavo del Ocho, ingresó a la política desde el año 2006 en la Cámara de Representantes; luego pasó al Senado y en 2014 repitió curul con una de las votaciones más altas a nivel nacional. Allá, en su municipio, el "Ñoño" Elías se convirtió en un distinguido y novedoso líder político capaz de llevar recursos del Gobierno Nacional y grandes obras de infraestructura para Montería y su natal Sahagún, sumado a ello su carisma popular.
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El pasado miércoles, en una audiencia de aceptación de cargos y estando ya suspendido de su cargo como senador, Bernardo Miguel Elías se quitó un peso de encima con las confesiones que dio. Tras negar por mucho tiempo la relación que tenía con la multinacional brasilera, decidió aceptar efectivamente que sí recibió dinero por parte de la firma. Agregó que prestó su apartamento para que se reunieran el exdirector de la ANI, Luis Fernando Andrade, y el expresidente de Odebrecht, Eleuberto Martorelli.
En la audiencia, Bernardo Miguel Elías Vidal fue acusado de cohecho (la entrega de un soborno para corromper a alguien y obtener un favor de su parte) y tráfico de influencias. Por su parte, Silvia Rugeles, abogada del suspendido senador, comentó:
“Sobre el cohecho simplemente lo que nosotros aceptamos fue el recibimiento de unos dineros con destino a campañas políticas”. Aunque aceptó el cargo, no especificó si se trataba de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos.
Sobre el tráfico de influencias explicó que, "estuvo orientado en la aceptación de que el apartamento del senador se puso a disposición para que se reunieran Martorelli y Andrade para temas relacionados con el contrato Ocaña-Gamarra".
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La abogada agregó que él solo aceptó haber realizado la gestión para que se reunieran ya que no tenía la influencia o capacidad para realizar la expedición de un documento Conpes y Confis y resoluciones del Ministerio de Transporte.
Por estos dos delitos que aceptó el senador cordobés pidió reducción del 50% de la condena. Ahora la Sala de Juzgamiento de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia será la que defina el tiempo de la condena. Sin embargo, hay dos delitos que no aceptó: lavado de activos y concierto para delinquir.
En la audiencia también se acordó una posible colaboración con la justicia si se le aplica el principio de oportunidad. Si es así, el senador se comprometió a hablar de las actuaciones de las exministras Gina Parody y Cecilia Álvarez, de los denominados Bulldozer, entre otros altos funcionarios.
Se conoció que también el 'Ñoño' le pidió perdón al país y especialmente a sus votantes por su actuación.
Ñoño Elías: ¿Lo revelará todo?
Jue, 14/12/2017 - 06:05
Lejos quedaron los años en los que Bernardo Miguel Elías jugaba y se divertía al rededor de los corrales ganaderos y árboles de mango y limón sembrados en la finca de su familia. A sus