Jéssica se encontró con su captor por casualidad, al menos eso es lo que parece. La niña caminó asustada por más de un par de horas por las montañas selváticas del parque natural Tayrona hasta que un hombre la convenció para que se fuera con él, al parecer la engañó diciéndole que la ayudaría a encontrar el camino hacia su casa.
El hombre se llevó a la niña para un rancho hecho con tablas de madera, como los pocos que hay en el sector. El sujeto retuvo a la niña en una habitación donde había una cama rústica, una colchoneta dura, un par de sábanas y un platón de aluminio, donde al parecer a la menor le daban de comer. Lea también: La historia de una proxeneta colombiana que huyó de China.
Jéssica Patricia Arias, de siete años, permaneció encerrada con candado en ese cuarto de madera durante 18 días, según su propia versión y las evidencias halladas en la choza, ubicada exactamente en el sector El Calabazo, dentro del parque Natural Tayrona, a unas seis horas, a pie, de donde fue vista por última vez por su hermano mayor quien la acompañaba al momento de su desaparición.
“Ella conocía muy bien el camino y la zona, es extraño que se haya perdido de esa manera”, le dijo a KienyKe.com Manuel Arias, padre de Jéssica, mientras esperaba en compañía de sus otros tres hijos ingresar al hospital Fernando Troconis, donde aún la niña permanece interna, curándose de una infección urinaria. Lea también: De víctima de trata de personas a actriz.
“Yo iba adelante, Jéssica iba más atrás con su hermano y la mamá iba de último”, dijo Manuel. Toda la familia estaba dentro del parque natural recogiendo cocos que vendían en el sector donde viven. Esa actividad la hacen solo unas dos o tres veces al año, relató el padre.
En esta choza estuvo secuestrada la niña Jéssica Patricia Arias durante 18 días.
El momento exacto de la pérdida de Jéssica nadie lo tiene claro. Según el papá, la niña se pierde a mitad de camino entre el lugar donde recogían cocos y su casa. El recorrido entre punto y punto es de unas cuatro horas. Lea también: Tengo once años. Un hombre me secuestró durante 29 días.
A Jéssica no la han dejado hablar con la prensa y a sus padres también los tienen condicionados para dar cualquier tipo de declaración sobre el cautiverio. Una de las hermanas de Jéssica contó que eran dos hombres los que la cuidaban y le daban de comer unas tajadas de plátano crudo, un pedazo de queso y agua. Cada vez que los hombres entraban a la choza se cubrían el rostro para que la menor no pudiera identificarlos.
La niña fue encontrada gracias a una llamada anónima que indicó el lugar donde la tenían cautiva. Cuando la policía la halló, la tipificación del hecho cambió radicalmente. “La estábamos buscando bajo una denuncia por desaparición o pérdida pero por las condiciones en la que la encontramos su caso se empezó a tratar como un secuestro”, indicó la coronel Sandra Vallejo, comandante de policía de Santa Marta.
Jéssica Patricia fue hallada con un alto cuadro de deshidratación y con algunos síntomas de maltrato en sus pies, tal vez por la caminata a la que fue expuesta antes de ser encerrada en la choza.
Lo que sí se sabe es que Jéssica no fue raptada en un secuestro extorsivo. Ella hace parte de una humilde familia de campesinos que no tendría la posibilidad de pagar lo más mínimo por la liberación de su hija.
Tampoco fue secuestrada para ser abusada por sus captores. Los exámenes que le practicaron en medicina legal demostraron que no presenta signos de abuso sexual.
Los hombres que la custodiaban no han sido encontrados por la policía. El secuestro tiene varias hipótesis y la de que la niña iba a ser vendida en el mercado de trata de personas cobra fuerza dentro de la comunidad y algunas fuentes periodísticas locales con las que KienyKe.com analizó el caso.
Dicen algunos de los entrevistados por KienyKe.com que al parecer extranjeros habrían pagando por Jéssica una buena cantidad de dinero.
La coronel Sandra Vallejo, comandante de la policía de Santa Marta.
“En la ciudad hay una red de trata de personas de origen israelí al que se le adjudican varios casos de trata de personas a países de Europa y otros continentes”, dijo un periodista samario que pidió reserva de su identidad. La trata de personas no solo es para explotación sexual, también hay casos de matrimonio servil, servidumbre doméstica y mendicidad forzada.
Políticos de Santa Marta también confirmaron que en la ciudad se tiene conocimiento de grupo de redes de prostitución y de trata de personas que son manejados por extranjeros y que aunque las autoridades tengan conocimiento de su existencia, no han hecho mucho por combatirlos.
Ante dichas denuncias, la coronel Vallejo reconoció que hay grupos de extranjeros delinquiendo en la ciudad y en zonas específicas como Taganga. Así mismo reconoció que hay grupos que utilizan niños en prostitución y que se están llevando investigaciones para desarticularlos.
La policía de Santa Marta y el Gaula adelantan las investigaciones para dar con el paradero de los hombres que retuvieron a Jéssica durante 18 días en una choza del Tayrona. Tal vez con su captura se empiece a desarticular la organización de trata de blancas que delinque en Santa Marta y sus alrededores.
En esta choza estuvo secuestrada la niña Jéssica Patricia Arias durante 18 días.
El momento exacto de la pérdida de Jéssica nadie lo tiene claro. Según el papá, la niña se pierde a mitad de camino entre el lugar donde recogían cocos y su casa. El recorrido entre punto y punto es de unas cuatro horas. Lea también: Tengo once años. Un hombre me secuestró durante 29 días.
A Jéssica no la han dejado hablar con la prensa y a sus padres también los tienen condicionados para dar cualquier tipo de declaración sobre el cautiverio. Una de las hermanas de Jéssica contó que eran dos hombres los que la cuidaban y le daban de comer unas tajadas de plátano crudo, un pedazo de queso y agua. Cada vez que los hombres entraban a la choza se cubrían el rostro para que la menor no pudiera identificarlos.
La niña fue encontrada gracias a una llamada anónima que indicó el lugar donde la tenían cautiva. Cuando la policía la halló, la tipificación del hecho cambió radicalmente. “La estábamos buscando bajo una denuncia por desaparición o pérdida pero por las condiciones en la que la encontramos su caso se empezó a tratar como un secuestro”, indicó la coronel Sandra Vallejo, comandante de policía de Santa Marta.
Jéssica Patricia fue hallada con un alto cuadro de deshidratación y con algunos síntomas de maltrato en sus pies, tal vez por la caminata a la que fue expuesta antes de ser encerrada en la choza.
Lo que sí se sabe es que Jéssica no fue raptada en un secuestro extorsivo. Ella hace parte de una humilde familia de campesinos que no tendría la posibilidad de pagar lo más mínimo por la liberación de su hija.
Tampoco fue secuestrada para ser abusada por sus captores. Los exámenes que le practicaron en medicina legal demostraron que no presenta signos de abuso sexual.
Los hombres que la custodiaban no han sido encontrados por la policía. El secuestro tiene varias hipótesis y la de que la niña iba a ser vendida en el mercado de trata de personas cobra fuerza dentro de la comunidad y algunas fuentes periodísticas locales con las que KienyKe.com analizó el caso.
Dicen algunos de los entrevistados por KienyKe.com que al parecer extranjeros habrían pagando por Jéssica una buena cantidad de dinero.
La coronel Sandra Vallejo, comandante de la policía de Santa Marta.
“En la ciudad hay una red de trata de personas de origen israelí al que se le adjudican varios casos de trata de personas a países de Europa y otros continentes”, dijo un periodista samario que pidió reserva de su identidad. La trata de personas no solo es para explotación sexual, también hay casos de matrimonio servil, servidumbre doméstica y mendicidad forzada.
Políticos de Santa Marta también confirmaron que en la ciudad se tiene conocimiento de grupo de redes de prostitución y de trata de personas que son manejados por extranjeros y que aunque las autoridades tengan conocimiento de su existencia, no han hecho mucho por combatirlos.
Ante dichas denuncias, la coronel Vallejo reconoció que hay grupos de extranjeros delinquiendo en la ciudad y en zonas específicas como Taganga. Así mismo reconoció que hay grupos que utilizan niños en prostitución y que se están llevando investigaciones para desarticularlos.
La policía de Santa Marta y el Gaula adelantan las investigaciones para dar con el paradero de los hombres que retuvieron a Jéssica durante 18 días en una choza del Tayrona. Tal vez con su captura se empiece a desarticular la organización de trata de blancas que delinque en Santa Marta y sus alrededores.
