El Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, pretende inhabilitar el uso, desarrollo, producción, prueba, almacenamiento y amenaza de tales armas. Aunque había sido propuesto por la Asamblea General de la ONU en julio de 2017 y contó con la aprobación de 122 países, no se había sugerido la fecha en que entraría en vigencia.
Honduras se convertirá en el estado número 50 en formar parte del acuerdo, razón por la cual las Naciones Unidas comunicaron que el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares entrará a regir el 22 de enero de 2021.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que el acontecimiento representa "la culminación de un movimiento global para llamar la atención sobre las consecuencias catastróficas de cualquier uso de armas nucleares", según un comunicado remitido por su portavoz.
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Por su parte, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, destacó que “hoy es un día de victoria para la humanidad y una promesa para salvar el futuro".
Si bien esto es un paso para prevenir el desarrollo de armas nucleares, las principales potencias atómicas del mundo, como EE.UU., Reino Unido, Francia, China y Rusia, no son signatarias del tratado.
Sin embargo, los activistas que han impulsado su entrada en vigor esperan que sea más que simbólica y que a largo plazo sea efectivo.
Por otra parte, La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2017, señaló en su cuenta de Twitter la importancia del acontecimiento, puesto que a partir del 22 de enero los signatarios deben asistir a las comunidades impactadas y presionar a otros países a unirse.
“Otra obligación clave es que las partes estatales están legalmente obligadas a intentar que más países se unan al tratado. En reuniones bilaterales, en visitas estatales, en la ONU, impulsarán a los países con armamento nuclear y países que apoyan estas armas a unirse al veto”, explicó la plataforma.
Asimismo, agregó que el tratado también impactará el dinero destinado a armas nucleares. “Los bancos, las aseguradoras y los fondos de pensiones se desprenden de las empresas que producen armas nucleares y llevarán a estas empresas a dejar de producir armas nucleares. Ya está pasando”.
