Lo que comenzó como un caso aislado de suplantación de identidad en redes sociales terminó convirtiéndose en uno de los escándalos digitales más perturbadores en la historia reciente de China. Un hombre de 38 años, identificado por la policía como Jiao, fue detenido en Nankín, provincia de Jiangsu, tras haber engañado a cientos de hombres heterosexuales, grabando sin su consentimiento sus encuentros íntimos y comercializando después ese material en línea.
¿Quién era y qué hacía?
Jiao construyó una identidad falsa bajo el alias “Sister Hong”. Usando pelucas, maquillaje, filtros de belleza y una aplicación que modificaba su voz, se hacía pasar por una mujer, específicamente, una ama de casa solitaria en busca de compañía en aplicaciones de citas.
Durante meses, interactuó con hombres heterosexuales a quienes seducía virtualmente hasta lograr que acudieran a su apartamento, donde se concretaban los encuentros físicos.
Una vez que los hombres llegaban al lugar, Jiao, disfrazado como mujer, los recibía en su apartamento que estaba equipado con cámaras ocultas estratégicamente ubicadas. Las relaciones sexuales eran grabadas sin que las víctimas lo supieran.
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Según la policía de Jiangning, al menos 237 hombres fueron filmados sin consentimiento, aunque se estima que Jiao pudo haber contactado a más de 1.600 personas.
El material fue posteriormente vendido en línea a través de grupos privados por 150 yuanes (unos 25 dólares) por acceso. Algunos de estos videos se filtraron en redes sociales como Weibo, acumulando más de 200 millones de visualizaciones y generando una oleada de memes, parodias y filtros que banalizaban la situación.
Uno de los casos más sonados fue el de un influencer fitness que se reconoció en uno de los videos virales. Su reacción pública fue contundente: “Mi vida es un desastre. Estoy listo para dejarlo todo y mudarme de Nanjing”. A partir de su testimonio, las autoridades iniciaron una investigación formal.
En foros como Reddit, otros afectados expresaron su indignación: “Sister Hong es un delincuente sexual... y hay gente que lo está tratando como un chiste. Es repugnante”.
Otro caso que conmocionó fue el de una mujer que canceló su compromiso matrimonial tras descubrir que su prometido aparecía en uno de los videos filtrados.
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¿Habrá consecuencias penales y legales?
Jiao fue detenido el 5 de julio de 2025 y enfrenta varios cargos establecidos en el Código Penal chino, entre ellos la violación de la privacidad, la suplantación de identidad, la producción y distribución ilegal de material íntimo y la generación de un potencial riesgo para la salud pública. De ser hallado culpable, podría recibir una condena de hasta 20 años de prisión.
Lo cierto es que el caso ha generado un intenso debate sobre el derecho a la intimidad en la era digital, el consentimiento sexual y la facilidad con que el contenido íntimo puede volverse mercancía viral.
Organizaciones de derechos digitales han advertido sobre los daños psicológicos y sociales irreversibles que enfrentan las víctimas, muchas de las cuales aún no saben que fueron grabadas.
Al mismo tiempo, colectivos LGBTQ+ han rechazado cualquier intento de asociar estos hechos con identidades trans o de género:
“Esto no es una expresión de género. Es un acto criminal”, señalaron desde China LGBT Rights Advocacy.
