Donald Trump se convirtió en el presidente que hizo realidad reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel. El pasado 6 de diciembre, el mandatario norteamericano dio la orden de trasladar la embajada de Tel Aviv a 'La ciudad sagrada'.
Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puso bajo la mira esta decisión. El ente buscaba que dicho cambio se revocara. La propuesta que provino de Egipto pudo ser votada en los próximos días pero no fue así. Estados Unidos vetó el proyecto.
El veto lo interpuso la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley. Ella comentó: "Ningún país dirá a Estados Unidos donde podemos poner nuestra embajada" y calificó la resolución como un "insulto".
Ella aseguró que lo que se presenció en el Consejo de Seguridad fue un insulto y que no lo olvidarán.
También aseguró que ese era un ejemplo más de que las Naciones Unidas "hace más mal que bien en el tratamiento del conflicto Israel-Palestino". El objetivo de la ONU al presentar la petición de que Estados Unidos revocara la decisión que había tomado, lo hizo pensando en que la situación de Jerusalén debe ser resuelta a través de negociaciones. [single-related post_id="798942"] Luego de que Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, se desataron una cadena de protestas por todo el mundo. La mayor cantidad de desmanes sucedieron principalmente en esta antigua ciudad, donde se reportaron cientos de heridos. Por su parte, los países aliados de EE.UU. que integran el Consejo de Seguridad como Reino Unido, Italia, Francia, Japón, entre otros votaron a favor de la medida ya que consideran que cualquier decisión sobre Jerusalén ,"no tiene fuerza legal, es nula y carente de validez y debe ser revocada"..@USUN Ambassador Nikki Haley: Given the chance to vote again on Resolution 2234, I can say with complete confidence that the United States would vote no; we would exercise our veto power. pic.twitter.com/HZQ2YcjdVs
— Department of State (@StateDept) 18 de diciembre de 2017