John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos, manifestó que el país estudia un posible ataque a Siria en represalia por el uso de armas químicas. Sobre los detalles de la intervención se conoce que no debería durar más de dos días y se haría con misiles de crucero desde centros estadounidenses en el Mediterráneo sobre objetivos militares sirios.
El Gobierno dejó claro que no buscaría derrocar al presidente Bachar al Asad ni cambiar el curso de la guerra civil en Siria, país que desde 2011 está en conflicto.
Por su parte, Rusia pidió prudencia a Estados Unidos y a la comunidad internacional y estimó que una intervención militar tendría consecuencias "catastróficas" para los países de Oriente Medio y el norte de África.
