En un bombardeo a la base militar Kiswa, en Damasco, Siria, que se atribuye a Israel, murieron unas 15 personas, ocho de ellos militares, según informó el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman.
Los otros fallecidos son combatientes que apoyan al gobierno de Bashar al Assad, entre los que está Hezbollah, y dos civiles -un hombre y una mujer- que murieron en una carretera que va de la capital a la ciudad de Deraa, en el sur, y que fueron alcanzados por las explosiones. El ataque fue dirigido a un arsenal de armas de la Guardia Revolucionaria, el Ejército de élite del régimen iraní, en la zona de Kiswa, cerca de Damasco.
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Ante el ataque, el Ejército sirio derribó dos de los misiles dirigidos a la base, según informó la agencia oficial siria SANA. Los dos misiles fueron lanzados por Israel en la zona de Al Kasua, en las afueras de Damasco.
Todavía Israel no ha confirmado ni negado su responsabilidad sobre el bombardeo, pero el diario local Haaretz publicó que se debe a"acciones preventivas israelíes" para minimizar los ataques posibles desde Siria, luego de que Estados Unidos saliera ayer del Acuerdo Nuclear con Irán.
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Desde el inicio de la guerra en Siria en el 2011, Israel ha efectuado varios ataques contra el régimen de Bashar al Asad o sus aliados, el Hezbolá libanés e Irán. El 9 de abril, el régimen sirio y su aliado iraní acusaron a Israel de haber bombardeado con misiles la base militar T-4 el centro de Siria, causando la muerte de por lo menos 15 combatientes.
