La opinión estadounidense va en contravía de su gobierno. Mientras la Casa Blanca ha convertido a Edward Snowden en el hombre más perseguido del mundo por haber revelado las prácticas de espionaje ejercidas por el Servicio Nacional de Inteligencia, el público no lo ve como un traidor sino más bien como un campanero, como el hombre que encendió la alarma sobre algo irregular que estaba haciendo su gobierno.
Esta es la conclusión de una encuesta nacional realizada por la Universidad Quinnipiac, dentro de una investigación sobre derechos humanos y contraterrorismo. El estudio encontró que el 55% ve a Snowden como un "whistle-blower" ("soplador de pito") y el 34% considera que es un traidor a la patria. Esta proporción se mantiene en todos los partidos, géneros, estratos, grupos de edad y de educación, menos en los votantes negros, cuyo 43% lo ve como un traidor y el 42% como un campanero.
