A falta de escasos dos meses de cumplirse el primer año de su gobierno, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro no ha podido pasar ni una sola noche La Casona, la residencia destinada para albergar a los mandatarios y a sus familias una vez son elegidos por el pueblo para ocupar el poder más alto de la rama ejecutiva.
De acuerdo con una nota publicada este miércoles por ABC.es, las hijas del fallecido presidente Hugo Chávez, Rosa Virginia y María Gabriela, no han querido abandonar la casa presidencial pese a que su padre murió el 5 de marzo de 2013.
Según cuenta el medio de comunicación español, las herederas del mandatario, conocidas como 'Las Infantas' se han apoderado de la propiedad "como si fuera un legado que les dejó su padre en herencia".
La negativa para abandonar la casa ha hecho que Nicolás Maduro y su mujer Cilia Flores, se hospeden aún en la casa que el hoy mandatario ocupaba cuando era el canciller de Chávez.
La nota de ABC.es va mucho más allá. Cuenta que además de que las hijas del expresidente venezolano se rehúsan a abandonar La Casona, han convertido la residencia en en un" club social para disfrute compartido con sus numerosos amigos"..." Las fiestas que organizan «las infantas» atruenan la barriada, según cuentan los vecinos de la urbanización La Carlota y Santa Cecilia, donde está ubicada la residencia presidencial. La piscina y la sala privada de cine son dos de las dependencias preferidas para tan frecuentada vida social".
En el portal de noticias español se hace referencia a otro dato que resulta aún más sorprendente. Al parecer a las herederas del icono de la llamada revolución bolivariana no les basta con realizar fiestas sin control en la casa presidencial pues también, según el portal, "los restaurantes de comida rápida y las agencias de catering ya no aceptan más pedidos de pizzas, hamburguesas y bebidas refrescantes y espirituosas porque, aseguran, los inquilinos de La Casona ya han dejado de pagarles". Leer la historia completa aquí
Si la historia resulta ser cierta, al cuestionado presidente venezolano Nicolás Maduro, no solo tendrá que enfrentar las reiteradas ácidas críticas de la oposición, pues el enemigo está literalmente metido en su propia casa.
