La Policía Metropolitana de Washington rompió los candados de las puertas de la Embajada de Venezuela luego de que las autoridades de Estados Unidos ordenaran el desalojo de los activistas de la organización Code Pink que permanecen allí desde mediados de abril.
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El Gobierno estadounidense tomó dicha determinación por petición de los enviados a esa ciudad por el autoproclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.
Miembros del Servicio Secreto del país norteamericano advirtieron a las personas que están al interior de la sede diplomática que en caso de no cumplir la orden "serán arrestados e imputados criminalmente".
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Las autoridades venezolanas han rechazado esta decisión y han afirmado que se trata de una violación al derecho internacional.
Carlos Ron, viceministro para América del Norte del Gobierno venezolano, aseguró que Caracas “no ha autorizado la entrada de policías al edificio de la antigua Embajada en Washington” y que dicha “intromisión es una violación más del derecho internacional por parte de autoridades de EEUU y una agresión contra Venezuela”.
En la sede diplomática permanecen activistas de la organización Code Pink, que rechaza el reconocimiento del gobierno de Juan Guaidó por parte de Donald Trump.
