En las últimas horas la ONU y la Iglesia Católica, organizaciones que participan en el proceso de verificación del cese al fuego bilateral entre el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y el Gobierno, aseguraron que hubo violaciones efectivas al acuerdo.
El pasado 1 de octubre dio inicio este cese al fuego, el cual tendrá vigencia hasta el 12 de enero. Este es considerado como un importante paso de cara a los diálogos de paz que se pretende avanzar entre ambas partes.
Sin embargo, la misión de verificación declaró que en poco más de un mes de esta medida se evidencian varias regiones del país en las hostilidades permanecen: "se mantienen serios desafíos a la seguridad de las comunidades que viven en zonas de conflicto".
Al parecer, la violación proviene de ambas partes, según la misión. Por parte del ELN se reconoció su responsabilidad por la muerte de un líder indígena el pasado 24 de octubre.
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Por su parte, el ejército es sospechoso de haber disparado en contra de seis campesinos cocaleros a principio de octubre, hechos que hasta el momento no han sido esclarecidos por las autoridades.
La ONU y la Conferencia episcopal también manifestaron su preocupación por la situación presentada en el Catatumbo y Buenaventura. Pese a esto, ambas organizaciones pidieron que una vez cumplida la fecha límite del cese al fuego, este acuerdo sea renovado.
Mientras tanto, otras organizaciones como la OEA manifiestan su preocupación por el accionar del ELN, en especial tras el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc:
“Las comunidades argumentan que se dio un escenario de facilitación por parte de las Farc para la llegada de otras estructuras a sus antiguas zonas de influencia. En este escenario, los cambios en el control se están dando en calma y con procesos que parecen articulados entre Farc y ELN, como se percibe en el Catatumbo y el bajo Cauca”, aseguró el organismo internacional mediante un informe revelado en las últimas horas.
