Dos pinos enmarcan la casa en la que Nicolás Ardito Barletta, presidente de Panamá entre 1984 y 1985, tiene su oficina. Llena de libros, incluso el propio, "Huellas", el exmandatario pasa sus días con la labor de redactar informes mensuales sobre la situación del país. Desde allí también supervisa la actividad bancaria y de divisas para cumplir con su función como directivo de las superintendencias Bancaria y de Valores.
El doctor en Economía, aunque se lamenta porque los expresidentes solo tienen dos privilegios: el pasaporte diplomático y que si lo para un policía, no le pone "boleta", tiene la nación en su cabeza. Reconoce sus avances pero también analiza sus deficiencias. Y sobre ambos temas habló con Kienyke.com.
"Yo me dedico a ver que sigamos buscando las mejores oportunidades para el desarrollo del país", sentenció el expresidente.Ardito aseguró que Panamá "es el país que más ha crecido en América Latina en lo que va de este siglo”. Y lo ejemplificó: Entre 2003 y 2015 la nación tiene un promedio de crecimiento de 8% al año. [single-related post_id="1075759"] Sin embargo, existen unas desigualdades en las que se debe seguir trabajando, y quien sea electo el próximo 5 de mayo debe buscar alternativas para disminuir las brechas. “Aunque el ingreso per cápita de Panamá es el más alto de América Latina, tenemos el problema de la marginación y la pobreza”. Y un segmento de la población que padece las consecuencias de ella es la indígena. “Tenemos que hacer mucho más para cubrir sus necesidades básicas, respetando su cultura, pero abriendo la oportunidad de integrarse al panorama nacional”, manifestó. El exmandatario usa las cifras para demostrar su punto: “El 10% de la población en Panamá es indígena y un tercio de los pobres son indígenas. El 50% de pobres son menores de 20 años. La solución es clara: educación, salud y nutrición”.
Una anécdota
Por un momento, Ardito Barletta deja a un lado la estadística y deja ver un lado más humano, en el que hace gala de su buen humor. Recordó su época de negociador del tratado Torrijos - Carter, que le devolvió a Panamá el Canal, y contó un momento divertido que se vivió en la Casa de Nariño, en Bogotá, cuando ella era ocupada por Alfonso López Michelsen, a quien califica como un "gran latinoamericano". [single-related post_id="1075991"] “El presidente López ofreció hacer una reunión con otros presidentes de América Latina para apoyar a Panamá y nos reunimos en la Casa de Nariño [...] La reunión fue un domingo, por lo que no había secretarias en el despacho presidencial y el único lugar donde había un teléfono era un servicio higiénico (baño), me tocó ir allí y marcar a nuestra embajada en Washington donde estaba el embajador panameño con los negociadores norteamericanos y desde allí, por teléfono y durante tres horas, se terminaron las negociaciones del tratado Torrijos – Carter”, narró. [caption id="attachment_1076763" align="alignnone" width="1024"] Foto: Elizabeth Correa[/caption]Las elecciones
Vuelve a los temas nacionales, y marca una posible hoja de ruta para el próximo mandatario. Ponerle mano a la corrupción y darles oportunidades a todos los sectores sociales son su consejo.“Lamentablemente la corrupción es un problema en toda América Latina y en Panamá ha tenido manifestaciones muy agudas y muy preocupantes”, Nicolás Ardito Barletta.Reiteró, además, que hay que abrir empleos, generar oportunidades para la juventud, mejorar las oportunidades de las micro y mediana empresa, hay que fortalecer los recursos fiscales para mejorar la educación, salud y nutrición”. “El crecimiento es para la gente y por la gente. No podemos crecer para unos cuantos ricos, tenemos que crecer para todos”, sentenció. Para cerrar y desde su experiencia, le recordó al próximo presidente panameño una máxima: "El arte de gobernar es recoger lo que la gente necesita y ponerlo dentro de una visión nacional”.