El gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, no se deja provocar por sus críticos y dice que nunca entra en las cañerías. Pide no convertir al expresidente Uribe Vélez en enemigo de la paz. Y habla sobre el Partido Verde, con cuyas banderas llegó al cargo.
¿Es decente la política colombiana que se practica hoy? ¿Es decente su partido verde? ¿Cómo ve el país político?
Yo no crecí en el mundo del poder, sino en el de las matemáticas, de la ciencia, de la universidad, del profesor. Muchos se burlaban de nuestro movimiento “Compromiso Ciudadano”, que empezamos hace 14 años a pie.
He tenido una animadversión grande por los partidos políticos. Soy de esa generación que piensa, cree y sigue creyendo que el Frente Nacional fue en parte responsable de la castración de la política en nuestro país. Hay, sin embargo, algunas personas valiosas dentro de los partidos, pero no dan respuestas.
Tenía la ilusión de que el partido Verde, a donde llegamos en el 2010 en el marco de la campaña presidencial, fuera una expresión de una política distinta, del siglo XXI, una forma diferente de encontrarse, agruparse, de llegarle a las personas, al electorado, romper con parte de esos vicios que todavía tiene una buena parte de la política tradicional en Colombia. Y no fue así.
Para mí fue una decepción, una forma amarga de entender que allí no se estaba construyendo una alternativa que estuviera a la altura de los intereses de lo que fue la ola verde. Éramos una alternativa, pero no se concretó. No fue lo que quisimos construir. Y usted ha visto todo lo que ocurre, las cartas que se escriben, el debate que se tiene.
¿Lo tratan bien los medios de comunicación?
Pues yo creo que sí. Siempre he sido respetuoso de los medios de comunicación. Nunca he protestado por un informe, por una nota, por un escrito. Nunca. Y nunca llamo a decir gracias tampoco. Así lo sienta, por el respeto por el periodista. He trabajado en los medios de comunicación. Sin ser periodista he tenido la oportunidad de estar en radio, televisión, en los medios escritos. Siempre tengo un respeto muy especial, un cuidado muy riguroso del trabajo que hacen los periodistas y los columnistas.
Aunque hay momentos donde dicen cosas que son falsas. No necesariamente los periodistas, sino personas que se entrevistan o escriben, que me agreden, que me insultan, pero yo me he hecho un propósito en la vida y es que nunca respondo. El día que yo responda es porque tengo que pasar a otra dimensión. Pero soy respetuoso del trabajo, lo admiro y sigo con mi camino hacia adelante.
¿Pero no es mortificante que se metan con su familia, que digan cosas a las cuales usted no sale a contradecir?
Por supuesto que a uno le molesta que una persona pueda decir una cosa falsa, agresiva, sobre su familia. Ni más faltaba que yo fuera a decir que no es molesto.
Yo tengo el siguiente principio: a las cañerías nunca entro. Porque cuando usted entra, queda igual. Muchas veces el propósito es convertirlo a usted en interlocutor, empezar a responder todo ese tipo de agresiones, mentiras, falsedades y queda usted atrapado en el mundo de la trampa, porque se convierte en igual.
Entonces, así me duela, yo tengo el principio que dice: la verdad y la decencia siempre ganan, así haya momentos en que se demore. No respondo, no menciono el nombre de la persona que se convierte en enemigo o pretende tener renombre por cuenta de una agresión. Porque es un mundo de la trampa. Su familia es tal, entonces como hago yo para demostrar que mi familia no es tal. Tengo que estar explicando todas las cosas. Y se convierte uno en prisionero de una calumnia, de una persona que se mueve en el mundo de las cañerías. Entonces yo lo dejo en el mundo de las cañerías. Y respondo por cada uno de mis actos, siempre con decencia, con seriedad.
El día que escoja a alguien como enemigo, ese día lo nombro. Mientras tanto lo ignoro.
Y veo que hasta ahora no ha graduado a nadie de enemigo…
Y no me interesa. Colombia ya tiene suficiente con personas que se dedican a destruir, a ser valientes, a agredir. Nosotros ya hemos visto suficiente violencia. Es necesario que escribamos la página de la inteligencia, la decencia y las capacidades.
De mí siempre van a decir…ahí va un señor decente. Puede que no les guste lo que uno diga, piense, etcétera, pero siempre van a decir ahí va un señor decente. Y eso es parte de lo que nosotros, desde Antioquia, tenemos que mostrarle a Colombia.
¿Qué piensa del proceso de paz?
El tema central de la campaña política va a ser la paz. Y está bien. Nosotros queremos que la negociación en La Habana rinda sus frutos. Que podamos firmar el fin del conflicto y empezar a construir la paz. Desde Antioquia nos estamos preparando.
Todo lo que hacemos acá tendrá una expresión máxima si tenemos unas condiciones de paz. Como la política es una posibilidad de hacer la paz, el reto grande es explicarle a cada persona en Colombia por qué este acuerdo tiene sentido. Y no es fácil. Lo tenemos que hacer y tenemos que dar un ejemplo de lo que significa construir. Tengo ese sueño y espero que así sea y aportaré en su construcción.
¿Y qué piensa de los palos en la rueda que está poniendo el expresidente Uribe?
Si el ex presidente Uribe no está de acuerdo con lo que se está negociando no hay que pasar a decir que es el enemigo de la paz. Es decir, no vamos a cambiar un enemigo por otro. Si no está de acuerdo, escuchémoslo. Y los que creemos en la paz demos mejores razones. Y expliquemos y debatamos por qué tiene sentido avanzar en el tema.
Llevamos una larga historia de violencia entre liberales y conservadores que debemos acabar. Pasamos de la discusión a la agresión y la destrucción.
¿No será entonces, una campaña presidencial, entre amigos y enemigos de la paz?
La paz tiene que ser un proyecto de Colombia. Quienes creemos en la paz tenemos que explicar mejor. Si yo soy profesor y tengo un estudiante y no me entiende, yo le puedo decir bruto al alumno porque no me entiende o ingeniarme otra forma de explicarle, porque el reto es sacar lo mejor de cada persona.
Y así llegará algún día –con ese estilo y forma- a la Presidencia de la República...
Vamos a comerciales (Risas)
¿El silencio es señal de aceptación?
No, no es de aceptación. Le voy a decir la verdad, es de pena porque no sé qué decir.
Pues diga que sí. Muchos colombianos lo vemos como un hombre que puede llegar a la Presidencia…
Pues muchas gracias. A mí me da cierta pena hablar de ese tipo de cosas, pero también me da mucho orgullo. Y pienso en mi papá que se murió, en mi mamá que está muy enferma. Y pienso que ellos se sentirían muy orgullosos de que un periodista como usted me dijera esto. Pero la vida tiene sus tiempos, sus obligaciones y sus necesidades.
En este mundo del poder aparece lo mejor y lo peor de las personas. Hay una parte muy fea del poder y de la política que siempre me atormenta. También hay una parte extraordinaria que siempre me da la energía. La política suele ser muy maluca.
¿Cuál es, a grandes rasgos, el balance de su gobierno?
Estamos haciendo cerca de 1.500 obras de diferente naturaleza por todo el departamento.
Antioquia es un departamento muy grande, son 125 municipios regados montañas, ríos, mares, por todos lados. Pero, esa es una forma de explicar, Antioquia está en obra.
¿Cómo será Antioquia al final del 2014?
Tenemos listos cerca de los 80 parques educativos que estamos construyendo. Ya arrancamos, hay cinco en construcción. Habrá diez ciudadelas educativas que se convertirán en el punto de encuentro para la innovación, para el emprendimiento, para mejorar la calidad de la educación.
¿Teme acciones de la Procuraduría en su contra?
Le sigo contando lo que estamos haciendo en Antioquia…
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Mié, 15/01/2014 - 05:32
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