"La oposición no se conecta con el país"

Mar, 02/07/2013 - 06:47
El representante a la Cámara, Augusto Posada, del partido de La U, será el presidente de la corporación hasta el 20 de julio, en esa oportunidad le cederá el puesto a otro representante del mismo
El representante a la Cámara, Augusto Posada, del partido de La U, será el presidente de la corporación hasta el 20 de julio, en esa oportunidad le cederá el puesto a otro representante del mismo partido, si se respetan los acuerdos políticos. Presidió una Cámara con imagen negativa, debido a la manera en que se dio el debate de la reforma a la justicia hace un año. Bajo su presidencia hubo mayor participación de la oposición en los debates, mejoró un poco la percepción que tienen los ciudadanos de la corporación, avanzaron proyectos de gran relevancia para el país y aumentó el número de iniciativas aprobadas, siendo el año legislativo más productivo de este Congreso. ¿Su estrategia para tener un equilibrio en la plenaria fue darle más voz a la oposición? Sí, esa fue la estrategia. Es sano para el debate, la oposición es muy importante para la democracia, yo no creo en los regímenes autoritarios. Mi gran preocupación es que la oposición no se ha conectado con el país y se va reduciendo poco a poco su participación en el Congreso, en el periodo constitucional  2006-2010 teníamos alrededor de 10 o 12 representantes, ahora solo tenemos cinco, eso nos debería preocupar a todos. ¿Pero la oposición le dio duro? La oposición siempre tiene que ser fuerte. Este año tuvo más oportunidad que cualquier otro, tuvieron intervenciones en los debates dos o tres veces más que la misma bancada de Gobierno. Los debates de control político fueron la mayoría de autoría de la oposición. ¿Qué se siente ahora ser el presidente de la Cámara? Se siente un gran alivio porque la verdad la tarea no es fácil, la hice una vez en la vida y yo creo que no la repito. Con muchos aciertos, muchas alegrías pero también muchas frustraciones, nadie pasa a la historia por ser presidente de la Cámara. Siento que se cumplió, me siento satisfecho de la labor que se realizó. ¿Considera que fue buena su presidencia? Salgo satisfecho, la gran frustración como presidente fue no avanzar más en la modernización del Congreso, yo siento que estamos actuando para la Colombia del siglo XXI con reglamentos del siglo XX.  ¿Qué se requiere para esa modernización? Necesitamos mayor presencia de los ciudadanos en el proceso legislativo  y organismos de control más fuertes y serios para el debate. Tenemos que cambiar el modelo de conciliar las leyes en el país, no podemos seguir conciliando de la noche a la mañana, regular la presentación de las proposiciones. Mire nada más en la reforma a la salud, media hora antes de abrir el debate se recibieron cerca de 100 proposiciones, seamos serios, quién estudia 100 proposiciones media hora antes.  Tenemos que regular que se presenten las proposiciones uno o dos días antes del debate y que se publiquen. ¿Deja mejor la imagen de la Cámara de Representantes? Eso dicen las encuestas, que se mejoró la imagen. Los congresos en general no tienen una buena imagen en el mundo. Un congreso es el espejo de una nación, ahí llega todo, como las frustraciones, y en muchas ocasiones lo que la gente quiere es quebrar el espejo y comprarse uno nuevo  a ver si la imagen cambia, eso no va a cambiar así. Estos cambios se van generando con mayor participación, con mayor presencia en los medios de comunicación.  Ahora tiene que existir un pacto social, para combatir el gran flagelo de la corrupción, pero en aras de combatirla no se pueden sacrificar las instituciones, no es quebrando el espejo como va a cambiar la imagen que vemos si no nos gusta. ¿Cómo logró la participación de los congresistas, que llegaran y se quedaran en los debates? No fue fácil, algunos que contaba con su amistad y apoyo, hoy no me apoyan, me ven como una persona que fui regañona, que fui muy fuerte en las plenarias. Otros reconocen que se hizo un buen trabajo. Lo hice aplicando la Ley Quinta, ayudó mucho la veeduría de los medios de comunicación. Sí tuvimos que apretar las tuercas, tuvimos que decir o trabajan o no se paga. ¿Cómo hacen esos representantes que uno nunca ve en las sesiones para terminar la legislatura sin ser sancionados por inasistencia? Hay unos congresistas que son más activos y más reconocidos. Hay otros que  hacen otra labor, como gestiones de las regiones ante el gobierno que son propios del cargo. Sí hay casos que sorprenden, pero es que uno no es el llamado a juzgar, son los ciudadanos cuando acuden a las urnas, los ciudadanos deben vigilar qué congresista hace bien la tarea o no.  Debemos educar a los colombianos para que tomen conciencia de que no pueden vender su voto, no votar por 50 o 200 mil pesos, porque es el futuro de una nación. De manera muy coloquial, la mejor manera de describir esto es no busquemos el muerto rio arriba, búsquemolo donde verdaderamente debe estar, en las bases, es la ciudadanía, la que elige el Congreso. ¿Cuál fue su momento más difícil? Finalizando la legislatura, cuando uno ve que el tiempo se va acabando y que las mayorías quieren votar un proyecto, pero mi espíritu demócrata es darle participación a la oposición, y uno quisiera no tener las afugias del tiempo. Pero es claro que las mayorías deciden, esa es la democracia. En una presidencia anterior, en el último momento se dañó la buena imagen que se había logrado con el trabajo de todo un año.  ¿En algún momento usted temió que algo pasara y se dañara la imagen lograda durante el año? Sí claro, todos aprendemos de experiencias pasadas. Creo que lo que sucedió en otra presidencia fui injusto, ya que fue gente que hizo bien su trabajo, pero lamentablemente los últimos eventos acabaron con una buena labor. Yo sí estuve muy atento, es más, aprobando la reforma a la salud fui muy claro con la plenaria que o los conciliadores y el Gobierno se ponían de acuerdo o no se sometía a consideración la votación, porque no íbamos a repetir el evento de la reforma a la justicia. Eso era algo que yo no estaba dispuesto a repetir. ¿Cuál fue su mayor satisfacción? Tres, sacar la modernización del Congreso de la Comisión Primera de la Cámara, y la aprobación de dos proyectos que para mí tienen mucho significado, la eliminación del mercurio y la prohibición de animales en circos, yo llevo luchando con esos proyectos desde la legislatura pasada y recibir el apoyo casi unánime de todo el Congreso me llena mucho más que haber sido elegido presidente de la Cámara . ¿Las noticias que salen sobre viajes y gastos, los considera parte de la veeduría que hacen los medios de comunicación? Los medios de comunicación no pueden acolitar la corrupción, tenemos que enfrentarla con todas las herramientas, pero no pueden sacrificar una institución por un titular de prensa, que no se confunda eso con tapar la corrupción. En el reporte que salió, fui el congresista que más viajó y lo volvería a hacer.  Este país ya no es el que está encerrado en tres  cordilleras, entre los viajes que realicé logramos acuerdos entre los congresos de Alianza Pacifico, acompañamos al presidente Santos a la cumbre de Celac, viajamos para hablar de la modernización del Congreso en Washington y Brasilia. Representé a Colombia en un foro económico y social en Alemania para hablar de lo que está sucediendo en Colombia.  Si hubiera tenido más tiempo para viajar lo hubiera hecho porque siento que el mundo tenía la imagen de Colombia que vendían las Farc o el ELN, porque no salíamos los hombres y mujeres que representamos al Estado. Cuando salíamos con el presidente Uribe para hablar del TLC con Estado Unidos, a los medios no se les ocurrió decir cuántas veces salieron los congresistas de la oposición a hablar mal del país y nosotros con el presidente Uribe a tratar de borrar esa mala imagen del país. ¿Eso es turismo parlamentario? Siendo más visible en el partido. Esos cometarios de quien fuera el líder del partido, el expresidente Uribe  y en general de la oposición. ¿Usted como los percibe? Pues como propios de la política y de la democracia, el expresidente Uribe en su momento llamaba y acudía al partido para defender su obra de gobierno, en Antioquia mi imagen era de ser un uribista pura sangre, y era porque creo en los postulados del presidente Uribe y lo he defendido en el Congreso ocho años a pesar de que ahora soy visto como opositor de esos postulados. El gran reto de La U es trascender al expresidente Uribe. Es un partido con una gran representación en el pueblo colombiano, el ciudadano es el que determina si un partido sigue existiendo o no, y ahora La U sigue siendo la  primera fuerza política en el país.
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