Con la firme intención de ofrecer una alternativa ciudadana e independiente, el exdefensor del Pueblo Leonardo Huerta oficializó su precandidatura a la Presidencia de Colombia para el periodo 2026-2030.
Lo hará por medio del grupo significativo de ciudadanos Colombia, 'Una Nueva Historia', cuyo comité promotor se inscribió el pasado 31 de mayo ante la Registraduría Nacional.
Un recorrido por lo público y la academia
Huerta no es ajeno al ejercicio del poder ni al conocimiento del Estado. Abogado, licenciado en Filosofía y con una trayectoria académica que incluye cinco especializaciones, dos maestrías y estudios doctorales en Derecho, ha sido profesor universitario en más de 25 instituciones a lo largo del país. Su hoja de vida se complementa con experiencia en múltiples sectores de la administración pública: defensa, justicia, salud, educación, trabajo y tecnología, así como organismos de control.
En su más reciente cargo como Defensor Delegado Nacional para el Derecho a la Salud, enfrentó algunos de los retos más críticos del sistema sanitario colombiano, particularmente durante la pandemia de COVID-19 y la crisis estructural causada por la intervención administrativa de EPS. Bajo su liderazgo, según datos de su despacho, se resolvieron más de 112.000 casos que permitieron a los ciudadanos acceder a medicamentos, procedimientos y servicios médicos esenciales.
Un diagnóstico crítico del país
Durante la rueda de prensa en la que presentó su precandidatura, Huerta no escatimó palabras al describir el complejo panorama nacional. “En Colombia se presentan mil tutelas diarias relacionadas con el derecho a la salud. Eso muestra un Estado que no está garantizando lo básico”, aseguró.
A su juicio, el país atraviesa una profunda crisis de gobernabilidad, agravada por la polarización política y el fundamentalismo ideológico. “Aquí podemos traer de vuelta a Churchill o a un pretor romano, pero si mantenemos este modelo de gobierno, gobernar será insostenible”, sentenció, al tiempo que subrayó la necesidad urgente de descentralizar el poder y entregar mayor autonomía a los territorios.
Una campaña basada en las regiones y la escucha activa
Lejos de los discursos tradicionales, Huerta insiste en que su proyecto nace desde la ciudadanía y está anclado en el diálogo con las comunidades. Su grupo de inscripción lo refleja: una cuidadora de personas con discapacidad, una joven consejera de juventud y una deportista de alto rendimiento de la selección de rugby son quienes simbolizan, según él, el espíritu de Colombia, Una Nueva Historia.
“La nueva historia se construye desde las regiones, reconociendo la diversidad cultural, horaria, económica y social del país. Nariño no es igual a La Guajira, ni Medellín a la Amazonía”, afirmó. En esa línea, propone un modelo de desarrollo donde cada territorio defina su camino con base en la participación ciudadana y no desde un centro de poder único y homogéneo.
Salud, seguridad y orden público: sus prioridades
En cuanto a su plan de gobierno, Huerta ha identificado tres prioridades centrales: salud, seguridad y orden público. “He visto niños indígenas morir de desnutrición en el Vaupés y en la Alta Guajira. Le exigimos a la Corte Constitucional que tomara medidas, incluso arrestos, contra las autoridades responsables. Así no se puede seguir”, denunció.
Sobre seguridad, propone una visión diferencial: “El porte de armas no puede regularse igual en Arauca que en Bogotá. Las condiciones varían y deben respetarse”. Su enfoque busca armonizar el respeto por el derecho internacional humanitario —materia en la que también es docente— con la realidad de cada territorio, evitando recetas únicas que, en sus palabras, "ignoran la Colombia profunda".
Una campaña por firmas: contacto directo con la gente
Huerta dio inicio a la recolección de firmas en todo el país con el objetivo de consolidar su candidatura desde la base social. “No vamos a competir con maquinaria ni con caciques políticos. Vamos a recorrer el país hablando con la gente que vive la crisis en carne propia”, dijo.
Con una narrativa que mezcla técnica, sensibilidad social y experiencia, Leonardo Huerta se perfila como uno de los precandidatos más sólidos en cuanto a formación y conocimiento del Estado. Su reto será convertir ese perfil técnico y ético en una opción viable dentro del turbulento escenario electoral de 2026.
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