El martes 25 de mayo en Tuluá (Valle de Cauca) se vivieron horas de angustia. El Palacio de Justicia fue consumido por las llamas que encendieron un grupo de personas durante los disturbios presentados en la ciudad. El hecho fue una clase de 'deja vú' para algunos colombianos que lo compararon con lo sucedido en 1985.
Hace 36 años, los funcionarios del Palacio de Justicia, los ciudadanos que caminaban por el sector y el país entero vivieron 28 horas seguidas de sosiego. Durante el 6 de noviembre de 1985, desde las 11:30 a.m., la guerrilla urbana del M19 se tomó dicho edificio.
Entre las personalidades que se pronunciaron en Twitter y compararon lo sucedido en Tuluá con la toma del Palacio fue la periodista Vicky Davila, quién escribió: "volvió a arder el Palacio de Justicia, esta vez en Tuluá... las imágenes actuales se cruzan con las de 1985. Muy doloroso y aterrador”.
Por su parte, el ex militante del M19, y hoy senador, Gustavo Petro, comentó: “tengan la seguridad que los incendiarios buscan la excusa para decretar la conmoción interior. Quien incendia busca la dictadura”
Diferencias y semejanzas entre los Palacios
Los hechos presentados durante alrededor cuatro horas en el Valle han sido comparados con lo ocurrido en 1985, y si bien tiene ciertos puntos en común, también cuenta con varias diferencias. En primer lugar, según comentó la Fundación Internacional de Derechos Humanos, “la mayoría de las pruebas e informaciones que recibimos señalan a la acción de civiles armados, paramilitares (ajenos a la organización del Paro Nacional) como autores del incendio en el Palacio de Justicia de Tuluá, en el Valle del Cauca”.
Así mismo, de acuerdo con el alcalde de Tuluá, John Jairo Gómez, los daños realizados a algunos edificios públicos y privados "han superado la capacidad de reacción de la fuerza pública". De este hecho, Camilo Andrés Arango, un joven estudiante de derecho de 18 años, falleció.
Algo parecido sucedió en la toma del Palacio, cuando el M-19 ingresó a las instalaciones del edificio para ejecutar la operación ‘Antonio Nariño, por los Derechos del Hombre’. Ante la situación, el Ejército Nacional tuvo que rodear el lugar con tanquetas. Durante el fuego cruzado entre guerrilleros y la fuerza pública, 94 personas fallecieron, de las cuales solo 68 han podido ser reconocidas.
Entre las diferencias, además de las 28 horas de horror vividas por las víctimas, también radica, la falta de acción del Gobierno Nacional del entonces presidente Belisario Betancur, pues según investigaciones, previamente el grupo militar había realizado advertencias a la fuerza pública y a la Sijin de lo que sería una de las peores barbaries que ha vivido el país, sin embargo, hicieron caso omiso al aviso.
El contexto social donde se desarrollaron los hechos también es diferente. Cuando ocurrió la toma del edificio hace 36 años, se atravesaba por un proceso de paz que no tenía aún frutos con el M-19, y este atentado había sido planeado con seis meses de anterioridad.
Actualmente, en Colombia, a causa de los disturbios presentados en el Paro Nacional, otros edificios como una URI en Popayán, también fue quemado junto con otros documentos. Cabe recordar que allí fue llevada la joven de 17 años Alison Meléndez, quién se suicidó presuntamente por la violación de un policía.
