A la 1 y 30 de la tarde, mientras la mayoría de trabajadores de la Procuraduría General del Nación almorzaban, algunas personas que debían realizar diligencias en el Ministerio Público observaban con curiosidad a un hombre que sostenía una enorme Virgen alada en sus brazos. Merodeaba en la plazoleta donde se encuentra una escultura de Édgar Negret.
El hombre era un mensajero enviado por el representante nariñense Javier Tato Álvarez, quien pertenece a la Comisión Cuarta. Álvarez quien le envió al Procurador la figura religiosa como regalo de Navidad.
La escultura, una réplica de la Virgen Alada de Quito que se levanta en el centro de la capital ecuatoriana, mide 60 centímetros, viste un traje café y dorado y llama la atención por su realismo. Su precio en el mercado es de unos 900 mil pesos.
Tato Álvarez es un veterano Representante de Nariño, quien aún vive en el popular Barrio Obrero de Pasto. En sus discursos, Álvarez suele invocar la presencia de Dios y de la Virgen de Las Lajas.
Una de sus intervenciones más recordadas ocurrió cuando el ex presidente Álvaro Uribe Vélez visitó Pasto para intervenir en tema de las pirámides financieras. En ese entonces, el representante exclamó: “Piedad, piedad, señor Presidente con la tierra de Nariño”.
Probablemente la Virgen le servirá a Ordóñez Maldonado para encomendarse en las decisiones disciplinarias que deberá tomar.