Publicado por: juan.sacristan el Mié, 18/11/2020 - 17:34
Las fuertes lluvias de la temporada invernal dejaron cerca de 1.500 familias afectadas en la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander.

Las lluvias de la temporada invernal han cobrado víctimas fatales y dejado familias sin vivienda en varias zonas del país. Esta vez la ciudad de Cúcuta, capital de Norte de Santander sufrió los estragos de una inundación que hasta el momento deja seis fallecidos, ocho desaparecidos y al menos unas 1500 familias afectadas.

En la madrugada de este miércoles la quebrada Tonchalá cercana afectó el conjunto residencial Los Arrayanes de esa población, provocó una inundación que afectó las primeras plantas de los edificios y alcanzó a arrastrar y cubrir por completo los vehículos que se encontraban en los parqueaderos.

Tres cuerpos sin vida fueron hallados por las autoridades horas después al borde de la quebrada. Aún se continúa en la búsqueda de ocho personas más que podrían estar desaparecidas a causa de las inundaciones.

"Desde las 2:00 a.m. se instaló el Puesto de Mando Unificado (PMU) y se tomaron medidas para iniciar la búsqueda de las personas e identificación de daños, y así iniciar protocolos para los damnificados", afirmó el director de la Unidad de Gestión del Riesgo y de Desastres Huber Plaza.

Según las autoridades, los barrios afectados por las inundaciones de este 18 de noviembre son 23 de Enero, con 77 casas destruidas; La Isla con 30 viviendas afectadas; Manuela Beltrán que tiene 30 familias afectadas; Las Coralinas con 50 familias afectadas, junto a Villas de San Diego y Valles de Girón.

En el barrio Cuberos Niños se presentó la caída de una vivienda a causa de la inundación y las fuertes lluvias que provocó la muerte a tres personas. De ellas son dos menores de edad, uno de 17 años y otra de 2 años.

Sin embargo, las lluvias también dejaron varias estructuras afectadas, viviendas que tienen riesgo de desplome a causa de la afectación en su infraestructura y otras vías que podrían verse afectadas.

Las autoridades, que en una sola hora recibieron más de 300 llamadas de alerta de las comunidades, solicitaron a los habitantes de las riberas de los ríos ser precavidos y mantenerse alerta a las crecientes para evitar mayores estragos.

El alcalde Jairo Yañez decretó el estado de calamidad pública desde el pasado 3 de noviembre para que las autoridades estén preparadas y tomar las acciones correspondientes para atender a los afectados de las lluvias.