El municipio de Marsella, en Risaralda, se enfrenta a una situación crítica tras un deslizamiento de tierra de grandes proporciones ocurrido el sábado 17 de mayo.
Según el alcalde Alberto Peláez, el incidente se registró alrededor de las 9:30 de la mañana en la finca La Morelia, situada entre las veredas El Nivel y La Ceja, en la zona rural del municipio. Este deslizamiento ha provocado la represa parcial de la quebrada La Nona, generando preocupación entre los habitantes de la región.
Los organismos de socorro, en respuesta inmediata, comenzaron a evaluar la situación para determinar el alcance de los daños y activar los protocolos de emergencia. Sin embargo, la situación se complicó a la 1:25 de la tarde, cuando una nueva avalancha de mayor magnitud se presentó en el mismo lugar. Esta segunda avalancha taponó por completo la quebrada, poniendo en riesgo a las comunidades de las veredas Caracas y Beltrán, así como a los sectores de Sonora y Palermo.
Ante el riesgo inminente, las autoridades locales iniciaron de inmediato las evacuaciones de las zonas afectadas. La coordinación de Gestión del Riesgo Municipal está trabajando arduamente para caracterizar la población afectada y desarrollar un plan de acción que garantice la seguridad de los residentes. Al momento, se han tomado medidas preventivas para minimizar cualquier daño adicional y asegurar que los habitantes tengan acceso a refugio y asistencia.
A pesar de la magnitud de la emergencia, hasta el momento no se han reportado víctimas, lo cual es un alivio para las autoridades y la comunidad. Sin embargo, la situación sigue siendo monitoreada de cerca, ya que las condiciones climáticas y geológicas podrían cambiar en cualquier momento. La comunidad se mantiene en alerta, y las autoridades hacen un llamado a la población para que siga las indicaciones de evacuación y se mantenga en seguridad.
El deslizamiento de tierras en Risaralda no es un fenómeno aislado. La región ha sido históricamente vulnerable a este tipo de desastres naturales, especialmente en épocas de lluvias intensas. La geografía montañosa y el uso inadecuado del suelo son factores que contribuyen a la inestabilidad de los terrenos, lo que hace que la gestión del riesgo sea una prioridad constante para las autoridades locales.
Los organismos de socorro, junto con el apoyo del gobierno municipal, están implementando medidas de prevención y mitigación para enfrentar futuras emergencias. Esto incluye la realización de estudios de suelos, la reforestación de áreas críticas y la sensibilización de la comunidad sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y las infraestructuras.
