En octubre del 2021 un centenar de indígenas se tomaron el Parque Nacional de Bogotá en señal de protesta. Esto, con la intensión de reclamar sus derechos y exigir el apoyo del gobierno y las instituciones necesarias para la resolución de diferentes conflictos que aquejan a sus comunidades, entre ellos, la restitución de tierras incumplida y la violencia.
Su estadía se prolongaría por varios meses, lo que generó diferentes problemas de salud como malnutrición y enfermedades virales que derivó en la muerte de varios niños y protestantes en este lugar. Ante esto, el distrito tomó cartas en el asunto y entabló una conversación con la población indígena buscando trasladarlos a un lugar más seguro.
Luego de negociar con la alcaldía, los indígenas fueron trasladados a La Rioja, en el centro de Bogotá, en un edificio que funcionaba para la rehabilitación de habitantes de calle. Desde entonces y hasta el día de hoy, más de 1.500 personas entre niños, adultos mayores y mujeres conviven bajo el hacinamiento, el hambre y condiciones insalubres.
Zona Hostil: Entramos en las URIs, las cápsulas del infierno
¿Qué comen los indígenas al interior de esta edificación?
La escases de alimentos impera en el edificio de 'La Rioja' en la que esta comunidad sobrevive. Ante la falta de alimentos, los indígenas aprovecharon la cámara de Zona Hostil para pedir por ellos y que se les sean enviados suministros básicos como arroz, aceite o enlatados, así como utensilios para la preparación de los mismos, tales como ollas y cucharas.
Ante la falta de estos, los indígenas resuelven la comida con lo que logran rescatar y conseguir. En cada salón o división que tiene este edificio, habitan cerca de 40 a 45 personas, entre quienes debe repartirse el alimento, por lo que las porciones son exiguas ante el hambre que ataca.
Las sardinas enlatadas son un alimento común entre esta población que ha encontrado en ellas, su escudo para sobrevivir. El banano es cocinado o frito para mezclarlo con proteínas que rara vez consiguen. Un almuerzo captado por la cámara de Zona Hostil, se compone de maduro cocinado y pasta tipo macarrón, el mismo, será repartido a 44 personas.
Al interior del edificio, existen varias tiendas donde se pude conseguir varios implementos y alimentos, sin embargo, estas son un lujo para los indígenas confinados, pues una gran mayoría no tiene los recursos necesarios para hacerse con algo de esto.
¿Qué otras condiciones existen en este lugar?
En este segundo episodio de Zona Hostil, el periodista conductor de este espacio, Raúl Arévalo, reveló las condiciones en que viven los indígenas. Hacinamiento, enfermedades, estructuras dañadas, baños sin funcionar e incluso inundación de algunas locaciones son las tomas más fuertes de este producto periodístico.
Lo anterior, se ha reunido como un coctel de problemas sociales letales para estas comunidades que hoy se ve permeada en el interior de este "edificio infernal" por fenómenos como la drogadicción, el abuso sexual, el hambre, el alcoholismo, la violencia y la muerte.
El lugar, ha sido apodado como "el infiernito". En él, varias personas entre niños y adultos han muerto por enfermedades virales, tuberculosis. El periodista, ha catalogado al mismo como un pedazo del purgatorio.
Ante el panorama, en este capítulo se plantea la posición de las autoridades y las soluciones que idean para darle fin de una vez por todas a este calvario.