Emily de 6 años limpia sus zapatos con determinación, entrega y cariño. En Altos de Cazucá, una zona deprimida de Soacha está ubicada su casa, con abundancia de condiciones extremas sobrevive su familia, sin embargo, ella sigue en su labor de limpieza diaria. A pesar de lo antiguos, rotos y maltrechos que están sus zapatos, el cepillo con agua y jabón para que luzcan radiantes, contenta de su labor. 

"Deben tener los zapatos limpios, porque sino se les van a ver sucios, cochinos y eso no está bien", dice Emily como consejo a quienes la ven a través de las cámaras de Zona Hostil, su mensaje es clarísimo, no importa cómo recibe sus zapatos, lo que importa es el cuidado y la entrega amorosa que han depositado en ellos sus padres. 

Así, como Emily, muchos niños en este sector y muchos otros de Colombia, crecen en la carencia del dinero, de servicios, de alimento. La pobreza inunda sus vidas, sin embargo, a pesar de eso, la dignidad es algo que sus padres han clavado como una bandera en sus casas, esto, les permite sonreír, jugar, aprender y crecer con amor. 

Los herederos de la pobreza

Justin hermano mayor de Santiago y Farid cuida muy bien sus zapatos para más adelante, en unos días, podérselos regalar a sus hermanos. Incluso, el amor entre ellos es tan abundante, que se prestan los que ya tienen para ir a estudiar o simplemente jugar. 

Aunque juegan, se divierten, hacen mandados, van a la tienda, estudian y lloran como cualquier niño a su edad, su realidad es extrema y difícil. Sobreviven a las carencias y a las dificultades que impone la falta de dinero, pese a que su padres se esfuerzan a diario para conseguir lo necesario, muchas veces no alcanza para los materiales de estudio, los alimentos, el transporte y lo que ellos necesitan.

Compartir y ser resilientes está en su ADN. A tan corta edad, le ponen la cara a la vida dura que les tocó y seguro con su sonrisa vencerán un día que con su esfuerzo hagan brillar el sol de su realidad, con más fuerza y bondad. Este capítulo es el lente para entender de primera mano, la infancia que busca no heredar las condiciones extremas que vislumbran en el horizonte.