Son más de cinco los muertos que se suman a la lista de indígenas fallecidos por vivir en condiciones infrahumanas, sin agua potable, con problemas de higiene y complicaciones de salud nunca atendidas. Así lo registraron las cámaras de Zona Hostil en La Rioja, uno de los centros donde viven los indígenas desamparados en Bogotá.
Ubiel, líder indígena, ha señalado que, entre niños y adultos, ya van varios muertos. Las enfermedades avanzan y no hay alternativas viables.
Entre otras cosas, las problemáticas registradas son:
Embarazos adolescentes
Alcoholismo y drogadicción
Hacinamiento
Pobreza extrema
Violencia
Edward Arias, presidente del Concejo de Bogotá, señala que es necesario trasladar a las personas a lugares en los que tengan garantías, o, en su defecto, a sus zonas de origen.
Alimentación escasa en La Rioja
Se habla de más de 1.500 personas que están acinadas en el edificio. En cada uno de los salones o habitaciones desplegadas allí, duermen cerca de 45 personas, muchas veces compartiendo el suelo o colchonetas de las que disponen, durmiendo casi que una encima de la otra.
La falta de comida ha agravado la situación de los indígenas, que muchas veces se ven obligados a comer plátano cocinado con pasta durante todo el día. Incluso, entrevistados dentro de este episodio afirman que hay días en que se acuestan sin nada que comer. Pese a sus esfuerzos en conseguir los alimentos, muchas veces no lo logran y se ven obligados a pedir ayuda para poder completar su alimentación diaria. Durante el episodio, piden cosas básicas como arroz, sardinas, aceite e incluso cucharas par poder comer.
El estrecho espacio y el hambre, ha generado en la comunidad otros dos graves problemas. Las enfermedades y el estallido de una crisis social, expresada en consumo de estupefacientes, violencia, abuso sexual e incluso la muerte.
En el edificio han muerto cinco personas según uno de los entrevistados por Raúl, entre quienes se encuentran mujeres y niños, afirma el entrevistado. A la escases de alimentos, los apretados espacios y el mal estado de la edificación, se le suman los fenómenos ocasionados por la drogadicción, el alcoholismo, la violencia de género y las enfermedades, un coctel que empuja más a los indígenas al borde de la muerte.